El Club Deportivo Cacereño siempre fue, desde sus inicios, un equipo de relieve, aunque tuvo que atravesar un largo período jalonado de señaladas adversidades, que fue superando con el transcurso del tiempo y gracias, sobre todo, al interés de numerosos cacereños y alguna autoridad hasta lograr hacerse un hueco en el panorama futbolístico nacional.

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Fotografía del primer equipo del Club Deportivo Cacereño, corrrespondiente al año 1919.

El Club Deportivo Cacereño fue fundado el año 1919, en que arranca su primera Junta Directiva, aunque ya el año 1918 se había puesto en marcha la que es denominada como primera Comisión Organizadora y que fue presidida por don Lorenzo Alcaraz, con la pretensión de impulsar la máxima fuerza y relevancia al conjunto.

El fútbol ya se va convertiendo a señalada velocidad en un elemento de fuerza en toda España. Y la ciudad de Cáceres, claro es, se suma a ese fervor y a esa pasión que iría convirtiendo al mismo en un elemento sociológico de señaladas pasiones entre la ciudadanía, transformando al fútbol en el deporte rey con gran penetración en todas las campas sociales.En la fotografía el campo de fútbol del Rodeo.

EL RODEO AÑOS 20.
Imagen del campo de fútbol del Rodeo, tomada en los años 20.

Son aquellos tiempos en los que el fútbol en Cáceres se desarrolla en un campo bastante poco propicio para el mismo. Como era el viejo campo del Rodeo, 1918-1923, como recoge el testimonio fotográfico. Si bien, a pesar de todo, poco a poco comienza a crecer la afición. Aunque los primeros, según informaciones diversas, iban siendo los propios familiares de los jugadores para arropar con su presencia a los futbolistas en sus primeras incursiones y evoluciones por el terreno de juego.

Poco a poco, con mucho tesón, entusiasmo y muchos quebraderos de cabeza, el equipo, que se encontraba sin muchos visos de prosperar, se funde con el Sport Club Cacereño, con nombres de relieve como los de Díez, Martínez Virel, Morató y Rincón. Este fortalecimiento posibilita, incluso que el Club Deportivo Cacereño ya pueda participar en las competiciones de la Federación Centro y hasta se procede a la construcción del campo de Cabezarrubia, 1923-1950, que puede que algunos recuerden en sus últimos tiempos.

No obstante en el seno del club, como en otros de la época en Cáceres, existe por aquel entonces una larga temporada de depresión futbolística. Falta dinero, falta estímulo, falta competitividad, falta afición. Y falta, claro es, de todo. «¡Qué difíciles son todos los comienzos!«, señalaba un directivo del Club Deportivo Cacereño de entonces.

escudos del Cacereño
Estos son, como se puede apreciar, los diversos escudos del Club Deportivo Cacereño a lo largo de la historia.

No obstante pasada la Guerra se produce una renovación de las inquietudes alrededor de la pasión futbolística en Cáceres gracias, al parecer, entre otras iniciativas, a los esfuerzos, gestiones, influencias, estímulos, ánimos, incentivos y hasta presione, dicho en el mejor de los sentidos, de don Oscar Madrigal, a la sazón presidente de la Diputación Provincial de Cáceres.

Y Cáceres entero celebra, ya en el año 1943, el ascenso, ni más ni menos, que a la Tercera División del fútbol español. Un éxito de relieve que va a suponer, hasta donde hemos podido comprobar, el asentamiento y la estabilidad del equipo y registrando en los anales de la historia su primera victoria en dicha competición al imponerse al Almería Club de Fútbol por 1-0. Cuentan las crónicas que el estadio de Cabezarrubia registró un lleno absoluto y se llegó a colgar el cartel de No hay billetes.

El Club Deportivo Cacereño ya tenía su camisola o elástica verde con el escudo del club en la parte superior derecha, a la altura del pecho, calzón blanco y medias verdiblancas a rayas horizontes.

El fútbol ya sí se puede subrayar, sin lugar a dudas, que se ha estabilizado en Cáceres. Un equipo en categoría nacional, que conserva la misma, en lugares de cierto relieve. Incluso su proyección resulta tan significativa que, además de ir sumando aficionados y aficionados, que dejaban siempre pequeño el recinto del estadio, tal era la pasión y el interés suscitado, en base a un equipo que marchaba, que ocupaba grandes preferencias en las tertulias, en los corrillos, en los murmullos ciudadanos y hasta en la prensa local, que le dedica un amplio seguimiento y amplias páginas con crónicas, entrevistas, fototrafías, comentarios…

Uno de los equipos leyenda en la historia del C. D. Cacereño. Temporada 1952-53.
Uno de los equipos leyenda en la historia del C. D. Cacereño. Temporada 1952-53.

Fruto de todo ello el Club Deportivo Cacereño consigue su mejor situación, a lo largo de toda su historia, en la temporada 1951/52 al ascender a la Segunda División con José María Jiménez Acedo en la presidencia.

Todo un logro que Cáceres celebra de modo alborozado. Y las hazañas del equipo ocupan un lugar preferente en la vida de la ciudad.

En la fotografía aparece el equipo de la temporada 1952-1953 con los legendarios Camacho, Almaraz, Barbero, Navarro, Burgos, Ordóñez, Ordóñez, Gallo II y otros, que sentaron las bases firmes para la solidez de un gran equipo. Tal como se merecía el espíritu y la inquietud de la ciudad cacereña, de una gran afición y, asimismo, tal como se merecía el aliento delos propios jugadores.

escudo historico club deportivo cacereño
El escudo histórico del Club Deportivo Cacereño, un emblema que, en su tiempo, llevaban muchos cacereños en la solapas de las chaquetas.

Un equipo como el Club Deportivo Cacereño, en una ciudad que tiene alrededor de cincuenta mil habitantes, se convierte, pues, en una seña de identidad y en toda una referencia. Hasta el extremo de que entre el empeño y el empuje de todos se logra construir el campo de fútbol de la Ciudad Deportiva que podría albergar, ni más ni menos, que hasta diez mil espectadores.

Todo un reto, que algunos, los más críticos y catastrofistas, llegaron a califican en su día como una obra de relieve faraónico, pero con el que casi se consiguió consigue su objetivo de intentar llenar el campo en todos los partidos.

Lo que representó y supuso un verdadero reto el que se marcó aquella junta directiva y que convenció e involucró a todos para conseguir alcanzar la gran hazaña de tener un estadio digno de la categoría como al que representaba la ciudad de Cáceres y, por ende, su máximo representante en las lides futbolísticas. El Club Deportivo Cacereño. Un campo que alberga los encuentros del equipo blanquiverde entre los años 1951-1977.

El Club está viviendo, sin lugar a dudas, su mejor y más brillante etapa. Y aunque descienda nuevamente a Tercera División, porque era lógico la diferencia de presupuestos entre unos y otros clubs en la División de Plata del fútbol español, su ubicación en el Grupo XIV de la Tercera División, crea un nuevo espíritu.

El C. D. Cacereño1957-58.
El C. D. Cacereño1957-58.

Temporadas todas ellas en las que el Club Deportivo Cacereño casi siempre se encontraba en los puestos de ascenso del Grupo XIV de la Tercera División, con jugadores de señalado reconocimiento profesional, como los que conformaban los nombres de Rodolfo Escalada, De Santos, Tate, Valero, Mandés, Urruchurtu, Palma, Fabio, Nandi, Bemba, Aragón, Olmedo, Santiago, Ibarreche….

Y, también, con prestigiosos entrenadores, como Camilo Liz y Busquets, con unos buenos presidentes como fueron en aquellos tiempos complejos Emilio Ovejero Morales y José Mateos, por ejemplo, en un momento de gran boom del fútbol en toda España, y, también, claro es, en Cáceres.

Y donde el fútbol extralimitaba la pasión de una afición que siempre se desvivía con su equipo. Podríamos decir, sin riesgo a equivocarnos, que lo hacía hasta la extenuación.

cacerenoano61campeongrupoxiiiUn Club Deportivo Cacereño que siempre, todo pundonor, lo que hay que decirlo en alto, siempre luchó hasta la extenuación por dejar muy alto el pabellón de los colores verdes y blancos, los de su elástica y calzón. Como es, por ejemplo, ese equipazo que se proclamó campeón del Grupo XIII de la Tercera División en otra de esas alineaciones históricas que aún recordamos muchos aficionados en nuestra memoria, por aquello de que eran tardes de auténtico fútbol y, a la vez, de auténtica pasión deportiva y con las gradas de una afición volcada, de forma inveterada, con el equipo.

Este es el equipo de la fotografía que está captada del archivo de ese extraordinario periodista cacereño que es Paco Mangut: Arrriba, de izquierda a derecha: Gas, Tate, Mandés, Ribón, Huertas y Ramírez. Y agachados: Vera, Moreno Baeza, Ibarreche, Zapata y Avelio. Un equipo que, lamentablemente, en la fase de ascenso a Segunda División perdió la eliminatoria con el Amistad de Zaragoza.  El entrenador, en aquella época, era Busquets.

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Bemba, Feliciano y Valero, tres glorias del Club Deportivo Cacereño en la temporada 1965-66.

Una ciudad en la que, en aquellos años, había una afición extraordinaria, con partidazos de gran expectación en su inmensa totalidad, y con las gradas del campo de fútbol de la Ciudad Deportiva repletas. Lo que se dice pronto para el Cáceres de aquellos tiempos, que registraban una gran afluencia de espectadores, que vivían y sentían los colores del Cacereño en los encuentros bajo aquel grito de guerra en la que se escuchaba una voz que decía: «¡Un repiripipí!«, y todo el público respondía: «¡Rá!«. Y vuelta al mismo grito: «¡Un repiripipí!«. Y de nuevo la respuesta de la afición: «¡Rá!«. Y otra vez el grito inicial: «¡Un repiripipí!«. Y todo el estadio era un clamor: «¡Rá, rá y rá! ¡Alabí, alába, alabí, bon, ban, Cacereño, Cacereño y nadie más!«.

Y, mientras, los esperados partidos con grandes equipos como los de la Unión Deportiva Salamanca, que alcanzaría la Primera División en su momento, la Cultural y Deportiva Leonesa, o aquellas apasionadas rivalidades, preferentemente ante el Club Deportivo Badajoz o la Unión Deportiva Plasencia, con las aficiones respectivas  batiéndose el cobre a gritos y hasta en nervios y en medio, siempre, de complejas tensiones…

Y es que el fútbol resultaba y resulta así de apasionado. Y así de apasionada era, al mismo tiempo, y continúa siéndolo, afortunadamente, la afición de Cáceres y el equipo, siempre tan nuestro. El equipo de nuestros colores eternos: Blanco y Verde. Y que de siempre marcó un compás extraordinario al hilo de la fuerza y el empuje, entremezclado, de los jugadores y la afición.

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Extraordinaria fotografía de un partido de fútbol del Club Deportivo cacereño, en los años 70, en el estadio de la Ciudad Deportiva…

Existía, entonces, al hilo de los tiempos, todo un clamor de tertulias futbolísticas, como las que se llevaban a cabo previa y posteriormente en el Bar Béjar, en el Bar La Marina, al final de la Avenida de La Montaña, en el mismo bar del Estadio de la Ciudad Deportiva, junto al marcador del partido, en los corrillos ciudadanos, de la mano de los medios de comunicación con aquellos mágicos comentaristas, radiofonistas y periodistas deportivos, como Cayetano Polo, Polito, Tomás Pérez, que retransmitían unos partidos con verdadera emoción y corazón deportivo, sobre todo cuando gritaban: «¡Goooooooooooooooooooooooooooooooooool del Club Deportivo Cacereño…!, Alonso Sierra, a los que, con el transcurso del tiempo, iban sustituyendo e incorporándose entre otros, nombres, como el del siempre querido, inquieto y sagaz Paco Mangut, un periodista del más señalado relieve. Y no solo en el terreno deportivo, si no en el ámbito de conocimiento de todo Cáceres. Tipologías, acontecimientos, historia de la ciudad, personajes, calles, recovecos, ambiente y panorámica social…

Todo ello, como señalábamos, con las gradas repletas, con cánticos, con peñas, con pancartas, entre las que siempre solía destacar la de la Peña de los Bastones con su histórica leyenda de «La Peña de los Bastones saluda a los campeones«, mientras el bar Béjar, por ejemplo, en la calle Colón, el bar La Marina, Avenida de la Montaña abajo, el bar Severo, del padre del jugador Bemba, el quiosco Colón, el bar La Parra, en la calle José Antonio, el bar El Cisne Negro, en General Ezponda, o la taberna la Catalana, en la calle Moret, y otros muchos, eran lugares de reunión de aficionados a la ida y a la vuelta. A la ida, claro, arropados en el entusiasmo. Y al regreso, lógico, comentando el desarrollo del encuentro del Club Deportivo Cacereño.

Un equipo que, a lo largo de la historia, ha jugado sus encuentros en cuatro campos. El del Rodeo, 1918-1923, el de Cabeza Rubia, 1923-1950, el de la Ciudad Deportiva, 1950-1977 y. a partir de entonces, el denominado Príncipe Felipe.

No obstante los cambios diversos de la sociedad, la propia implantación de las retransmisiones de fútbol a nacional de grandes partidos de Primera División, de Copa, etc, van cambiando la fenomenologías, lñas dinámicas y la tipología del fenómeno futbolístico, que se acrecienta en los partidos de grandes equipos a través de la pequeña pantalla y deja perder la fuerza de los colores locales.

Una nueva crisis económica, producto de los cambios de intereses y las políticas de los grandes clubs, televisiones, etc, sumerge a equipos como el Club Deportivo Cacereño en una grave crisis que casi le cuesta la desaparición allá por 1975.

estadio principe felipe
El estadio Príncipe Felipe, de Cáceres, se configura como un gran campo de fútbol.

Aún así el Club logra levantar, en el año 1977, el año Estadio Príncipe Felipe, con capacidad para 14.000 espectadores, y situado en las afueras de la ciudad, en la carretera de Salamanca.

Hoy y ahora el Club Deportivo Cacereño se encuentra encuadrado en la Segunda División B del fútbol español, un lugar de señalado relieve, y donde tan solo existen desde algunos años tan solo cuatro grupos. Por lo que teniendo en cuenta la conformación de los equipos de Primera División, de Segunda División y de los cuatro grupos correspondientes a la Segunda División B, es de señalar que el equipo del Club Polideportivo Cacereño, aunque siempre será, muy probablemente, el Cacereño, a secas, se encuentra situado en lo que sería, en realidad, una pequeña Tercera División y figurando, al mismo tiempo, entre los ciento treinta o ciento cuarenta equipos de mayor relieve de España.

Esta temporada 2015-2016, la afición parece haber renovado nuevos bríos. Por lo que el club, bajo la presidencia de José Antonio Martínez Doblas, se propone las mejores metas, como seguiría la de alcanzar el liderazgo final del grupo. Un empeñado que es el compromiso del entrenador Angel Marcos, y de los jugadores  Vargas, Miguel y Montiel como porteros, Mansilla, Palero, Gonzalo, Toni Sánchez, Toto, David Gómez, Alex y Mejías como defensas, Valverde, Alvaro Ocaña, D. Cuerva, Amaro, Cervera y Piojo como centrocampistas, y en la delantera con Aarón, Pablo Gállego, Soto, Koffi y Diop M,

Para ello tendrán que lugar, y mucho, como jabatos en el Grupo I de la II División B frente a los equipos del Sporting B, Pontevedra, Somozas, Valladolid B, Cultural Leonesa, Burgos, Guijuelo, Celta B, Tudelano, Lealtad, Compostela, Atlético Astorga, Arandina, Unión Deportiva Logroñés, Peña Sport e Izarra.

Finalmente señalar que el día de la inauguración del mismo, se estrenó el Himno del equipo, el himno del club, con letra y música de Antonio Andrada Salgado. La letra del mismo es la siguiente:

Monumental ciudad cacereña

de prestigio fama y honor

y es orgullo «el club cacereño»

por su fútbol y clase el mejor.

La victoria nos ha de llevar

a ensalzar esta noble ciudad

con entrega, nuestros jugadores

lograrán el mayor pedestal.

¡AÚPA CACEREÑO! rá rá rá!

Juega siempre con valor

no decaigas un instante

eres siempre el mejor.

Y sin temor hay que centrar

hay que pasar y combinar

y con empuje y tesón

hasta lograr marcar el gol.

¡AÚPA CACEREÑO! rá rá rá!

Mira siempre con amor

verde es la camiseta

llévala con alto honor.

Y sin temor hay que centrar

hay que pasar y combinar

y con empuje y tesón

hasta lograr marcar el gol.

¡AÚPA CACEREÑO! rá rá rá!

Juega siempre con valor

la afición está contigo

para ser un campeón.

¡AÚPA CACEREÑO! rá rá rá!

NOTA: Las fotografías están captadas de Google y de Wikipedia. Y en la que aparecen Bemba, Feliciano y Valero es de nuestro amigo y compañero, Paco Mangut.

Un comentario

  1. Manuel Andrada

    Enhorabuena por su blog. Comentarle que el nombre correcto del autor de la letra y música del Himno es D.Antonio Andrada Salgado.

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