AQUELLOS FESTIVALES FOLKLORICOS… DE 1959

Aquellos Festivales Folklóricos Hispano-Americanos y Luso-Filipinos, que puso en marcha el Instituto de Cultura Hispánica, con la colaboración destacada de Valeriano Gutiérrez Macías, marcaron un ritmo de extraordinaria sensibilidad en el calendario festivo de Cáceres.

 

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Cartel del II Festival Folklórico Hispano-Americano en Cáceres.

Unos Festivales que arrancaron en 1958, con una preciosa muestra que congregaba a todo Cáceres, como se suele decir, en la Plaza de Toros, en unos días de gran animación por todos los rincones de la capital entre guitarras, acordeones, laudes, bandurrias, maracas, flautas, tamboriles, panderos, gaitas, txistus, trompetas, arpas, castañuelas, canciones de aires costumbristas… y el bullicio y animación festiva por la ciudad.

Unos Festivales plenos de encanto, de belleza, de sensaciones, de danzas y cantos tradicionales que hacían vibrar el ánimo de miles de cacereños en busca del sabor alegre y llamativo de todos los grupos participantes en el Certamen y que transmitían y expandían su alegría y sabor por los aires y rincones de todo Cáceres. Por la Plaza Mayor, por el Casco Histórico-Monumental, por Cánovas, por Pintores, por bares y cafeterías. Cualquier rincón se podía convertir, en cualquier momento, en un escenario improvisado de jarabes tapatíos, de merengues, de jotas, de sardanas, de muñeiras, de cumbias…

Aquel año de 1959, con motivo de la II edición de los Festivales Folklóricos Hispano-Americanos y Luso-Filipinos, la ciudad se llenó, como siempre, de un gran ambiente. Hasta tal punto que la prestigiosa revista «Blanco y Negro«, de tirada nacional, llevó a sus páginas una amplia información gráfica bajo el título de «FESTIVAL DE FOLKLORE HISPANICO EN CACERES«. Y en el que se habla del «color y el ritmo de las danzas, la belleza de las muchachas que actuaron, la apostura de los bailarines, el colorido de los atuendos…«, además, claro es, de una amplia presencia fotográfica

Y se habla, también, de la «Danza de los Viejos«, procedente de los indios tarabos de México, del pericón de la Escuela Argentina de Danza, del tinikling filipino de la Farn Eastern University, de las muñeiras del Ballet Gallego de Rey do Viana, de las isas y folías de la agrupación canaria «Princesa Guayarmina», del folklore de Chile, de Perú, de Panamá, de Málaga, de Valladolid, de Badajoz…

Un encuentro de hermandad a través de la expresión, plena, del folklore, en su más amplia manifestación.

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Pepi Suárez, directora de los Coros y Danzas de la Sección Femenina de Cáceres.

En la publicación señalada también se puede ver a la cacereña Pepi Suárez, directora del Grupo de Coros y Danzas de la Sección Femenina, que todos los años cerraba el Certamen, con una muestra de jotas y danzas de la provincia, como la «Jota Cuadrada«, de Monroy, «La Rondeña«, «La Jerteña«, «La Jota de Guadalupe«, «La Carta«, «El Perantón«, «Los Sones de Montehermoso«, «La Jota del Candil«, de Alcuescar, el «Riani si, si, si«, y que finalizaba con la interpretación del «Redoble«, entre las palmas de todos los espectadores, y una inmensa serpiente multicolor de todos los participantes en el Festival Folklórico recorriendo todo el redondel de la plaza de toros al ritmo de un estribillo casi casi inacabable entre saltos de unos, palmas de otros y el coro de miles de cacereños emocionados, intensamente, de verdad, con las estrofas y el estribillo de la jota ochocentista cacereña. Una jota, por cierto, que se convirtió, en expresión afortunada de la folklorista Angelita Capdevielle, en himno oficioso de los Festivales Folklóricos Hispano-Americanos y Luso-Filipinos.

Redoble, redoble,

vuelvo a redoblar,

con ese redoble

me vas a matar.

Me vas a matar,

me voy a morir,

con ese redoble

me tienes a mí.

festivalfolkloico1959mexicanosTambién se puede apreciar una preciosa imagen de la interpretación de la «Danza de los Viejos«, de tierras mexinas, en el escenario de la Plaza de Toros, causando el asombro y el hechizo en todos los espectadores, que hasta llegaron a alcanzar en alguna ocasión la cifra de diez mil personas concentradas en la diversidad, la riqueza y el atractivo de las danzas y los sones de aquellas manifestaciones tan variopintas… Y que llenaban y envolvían el aire de aquellas noches de junio entre hermosas canciones y danzas procedentes de numerosos lugares, países y comarcas de lejanas tierras.

festivalfolklorico1959reydovianaComo se hablaba de la fuerza expresiva de los bailarines, bailarinas y todos los componentes del Ballet Folklórico Gallego «Rey de Viana» en sus interpretaciones de las más variadas danzas folklóricas gallegas, que se enmarcaban a caballo entre la tradición marinera de la región gallega de siempre y la hondura emanada del mundo interior y rural, de los campos, de los prados, de las aldeas, a ritmo de gaitas y panderos, de unas danzas verdaderamente mágicas y de un rico sabor en sus aires tradicionales y costumbristas ante el escenario de la Plaza de Toros de Cáceres.

Cáceres vibraba de magia y hechizo con aquellos Festivales, que arrancaron en 1958 al ritmo de los Indios Voladores de México, y que sin embargo, un día cualquiera, por esas circunstancias del azar, se fueron, lamentablemente, perdiéndose por el callejón del olvido.

A estas alturas, ya, tan solo queda, pues, la hemeroteca y el recuerdo de quienes, aún siendo pequeños o jóvenes, guardamos en la retina una cita de honda belleza que elevaba el nombre de Cáceres a la esfera internacional con imágenes como las que hoy os ofrezco, como siempre, modestamente.

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