GODOY, EL ORO DE PACHACAMAC Y SU BALCON ESQUINADO

Francisco de Godoy y Aldana fue un cacereño que tuvo papel muy destacado en la conquista de Perú a las órdenes de Francisco Pizarro.

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El precioso balcón esquinado del Palacio de Godoy, una auténtica joya de la Ciudad de Cáceres.

Un joven cacereño nacido en 1505 a la vera misma de la iglesia de Santiago de los Caballeros, de familia no demasiado adinerada, un buen día decide cumplir los sueños que le rondaban la cabeza. Enrolarse camino de las Indias. Dicho y hecho.

Francisco de Godoy sería un elemento fundamental para la conquista de Perú. De espíritu aventurero y sagaz, el mismo llegó a Chile, alcanzando la máxima confianza de Francisco Pizarro, y estando, entre otros episodios célebres en su vida, siempre en juego en el aguerrido descubrimiento, en la conquista de Cuzco centro del rico imperio inca. El joven cacereño llegó a ser lugarteniente de Pizarro, teniente general de la capital de Lima y gobernador de Valdivia.

Todo ello en medio de una dinámica de extraordinario ímpetu, afán de aventura, dosis de infatigable guerrero y de una esforzada capacidad de lucha en medio de las dificultades que se encontraron en las Indias, entre señaladas hazañas y duros avatares, relata la historia.

Logró todo un imperio, nunca mejor dicho, en Perú, sobre todo cuando Pizarro consiguió apresar al emperador inca Atahualpa y que, a cambio de su libertad, propuso al conquistador trujillano «llenar con oro la habitación en la que se encontraban. Se haría lo mismo con otras dos habitaciones contiguas pero éstas se llenarían con objetos de plata«. Se llevaban vajillas de oro, cubos, jarrones, y otros objetos. Y como no se alcanzara la cantidad propuesta el cacereño Francisco de Godoy, entre otros, se encaminó con un grupo de españoles, arcabuceros, numerosos negros guerreros, muchos indios amigos y sacerdotes, hacia el templo indígena dedicado al dios Pachacámac, que en quechua quiere decir Creador de la Tierra, donde había grandes cantidades de tan preciados metales.

Lo que dio lugar a que Max Uhle escribiera en su libro titulado «Pachacámac«, que «Los capitanes Rodríguez Ordóñez, Francisco de Godoy y otros desenterraron grandes cantidades de oro y plata de las tumbas«. Cantidades que se repartieron debidamente, en función de las responsabilidades, los conquistadores.

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La pintura recrea la entrada de los españoles en la ciudad inca de Atahualpa.

Con la mente puesta en Cáceres Francisco de Godoy y Aldana envió fuertes sumas de dinero a uno de sus primos, Alvaro de Aldana. Posteriormente el «indiano» regresó a la capital cacereña en 1545, relató por las calles de la villa sus batallas heroicas y epopeyas, contrajo nupcias matrimoniales con doña Leonor de Ulloa y, ya en el año 1548, ordenó la construcción de su famoso Palacio, renacentista, a la vera misma de la iglesia de Santiago de los Caballeros. Palacio que llegó a ser, en el correr de los tiempos, Círculo de la Concordia o Casino, y Casa de la Madre, a partir de 1937, donde vinieron al mundo miles de cacereños

Un palacio que sobresale y destaca por uno de los más sugestivos balcones de la Ciudad Histórico-Monumental cacereña, pleno de belleza, y, al tiempo, de una extraordinaria originalidad, y que sobresale dentro de la Ciudad Medieval de Cáceres, por todo un conjunto de los más llamativos atractivos para propios y extraños. Tanto, pues, para los cacereños, que no se cansan de verlo, como para los visitantes y turistas que se quedan admirados de la gran obra de arte que se representa a través del balcón esquinado del Palacio del conquistador y aventurero cacereño en las Indias llamado Francisco de Godoy y Aldana.

Un balcón al que el historiador, escritor e investigador cacereño Manuel Vaz-Acedo dedica la siguiente composición, en su libro «La Piedra, la Lira, Palacios de Cáceres», y que verá luz de la publicación muy en breve, dentro de un conjunto de poemas dedicados a los Palacios de Cáceres:

Y de Godoy el palacio,

a su esquinado balcón,

adorna como un topacio,

el silencioso rincón.

Ornamental, suntuoso,

en sus herrajes y estribos,

es el balcón más hermoso,

que se construyó en el siglo.

De muy noble ejecución

es un azarandado herraje.

El pueblo celebra el arte

de éste célebre balcón,

Las peleas, las conquistas, las luchas, las aventuras de Francisco de Godoy fueron recogidas en La Araucana, por Alonso de Ercilla.

NOTA: La fotografía  del Balcón del Palacio de Godoy está captada de la página www.turismoextremadura.com, y la segunda está sacada del periódico ABC, publicada en el reportaje «Pizarro, el conquistador que venció a 40.000 incas con 200 españoles«.

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GODOY, EL ORO DE PACHACÁMAC Y SU BALCÓN ESQUINADO by JUAN DE LA CRUZ GUTIÉRREZ GÓMEZ is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.

2 comentarios

  1. carlos paredes

    Buenos días: Leí con interés su artículo sobre Francisco de Godoy, especialmente por su relación con el lugarteniente sefardí de Diego de Almagro, Rodrigo Orgoños. Según lo que tengo entendido, cuando Godoy regresó a Cáceres, hacia fines de 1544, llevó consigo a dos hijos mestizos de Orgoños. Sabe algo al respecto ? Gracias y saludos desde Lima

    • Muchas gracias, estimado Carlos, por su comentario sobre mi ensayo titulado GODOY, EL ORO DE PACHAMACAC Y SU BALCON ESQUINADO. Hablamos de la traza de un aventurero cacereño, que se enrola en una expedición hacia aquellas lejanas y desconocidas tierras… Y que, tal como se desliza el panorama de su propia historia, se encuentra envuelto en una diversidad de circunstancias. Seguiremos en su línea biográfica alrededor del tema que apunta. Un saludo cordial. Juan de la Cruz.

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