LA JOTA DE LA PRIMERA DAMA DE EXTREMADURA (1981)

Corría el año 1981 y se celebraba en la Casa de Campo de Madrid Feria Internacional de Turismo (FITUR). Y allá que se lanzó la Primera Dama de Extremadura, como se decía en corrillos y círculos, de Beatriz Sánchez, esposa de Manuel Bermejo, a la sazón presidente de la Junta Regional.

beatrizesposamanuelbermejoEn aquella jornada un servidor asistía a los actos del Día de Extremadura. Hubo izado de la bandera regional con la presencia de Manuel Bermejo, y otras autoridades como los ministros extremeños Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona y Alberto Oliart Saussol en el Gobierno de Adolfo Suárez, con Unión de Centro Democrático.

Luego, claro, visita a al stand regional con la muestra de productos artesanales, entre tornos alfareros, mostradores y paneles cuajados de posters, folletos turísticos, gestiones empresariales y una forma de incentivar a los visitantes.

Se degustaron deliciosos platos de la cocina de nuestros antepasados, se acompañaban de los caldos de Montánchez, de Cañamero, de Almendralejo, y luego, ya se sabe, dulces como perrunillas, coquillos, flores…

Mientras se charlaba, por un lado de cuestiones políticas, de turísticas por el otro, sonaban acordes folklóricos de ese espacio de vida y aire y sabor de Extremadura en Madrid. Se escuchaban acordes de bandurrias, de guitarras, de laudes, de panderos, de botellas… Y la multitud tarareaba el ritmo de las jotas y fandangos, de los acordes del «Redoble» o del «Candil» pacense…

Luego, más allá del acto institucional, hicieron las delicias de los asistentes «El Caldero» y «Sabor Añejo«.

Y, de repente, Beatriz Sánchez, siempre cordial y cariñosa, siempre sonriente, amable siempre, se lanzó a bailar unas jotas que daban sabor de cercanía y de popularidad.

Beatriz Sánchez, licenciada en la rama de Historia de América, a la sazón ejercía de primera dama, tal cual se comentaba en los círculos, al ser la mujer de Manuel Bermejo, presidente. Un gran tipo, noble, llano y muy trabajador.

Y para la inmortalidad quedó esta estampa del recuerdo, cuando ahora a uno le llegan los sabores de aquellas entrañables veladas tratando de hacer, cada día, Más y Mejor Extremadura en Madrid. Como hizo siempre un caballero elegante, Manuel Bermejo, y una mujer todo corazón, Beatriz Sánchez.

Hoy, pues,35 años después, va por ellos, buena gente, compañeros, buena gente, ahora que no se me olvida que Beatriz me hizo bailar con ella unas danzas populares de aquellas que un día aprendí en los Coros y Danzas cacereños por los que tantos pasamos.

NOTA: La fotografía fue publicada en su día por la revista «Alcántara».

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