EL ORFEON CACEREÑO: EL HECHIZO MUSICAL

El Orfeón Cacereño, que nació como Orfeón Provincial de Cáceres, un orgullo de la ciudad, desde sus primeros compases, y un icono, comenzó su andadura en 1964. Con mucho trabajo y con mucha ilusión. Y que siempre, además, supo transmitir hechizo musical a los distintos y diferentes auditorios.

 

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El Orfeón Cacereño en 1981, bajo la batuta de Trini León.

Lo hizo bajo la sugerencia de Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano, alcalde de la ciudad, con la dirección inicial del maestro Francisco Cebrián Ruiz, (1913-1999), director de la Banda Municipal entre 1953 y 1968, persona inolvidable –por su esmero, por su cordialidad, por su capacidad divulgativa de amor a la música– en la historia del Cáceres de Aquellos Tiempos… Y en tan solo unas semanas el profesor Cebrián Ruiz comenzó con los primeros ensayos y con la presencia, ahí es nada, de más de cincuenta buenas y muy voluntariosas voces que comenzarían a izar la bandera de la canción junto al nombre de la ciudad.

El Orfeón debutaba en los salones del Ayuntamiento el 23 de abril de 1963, San Jorge. Patrón de la ciudad de Cáceres. Hubo, claro es, un lleno absoluto, como hubo muchas lágrimas de emoción… Entre miembros del Orfeón y, también, del público que abarrotaba la sala. Sobre todo cuando los miembros de la agrupación coral cacereña interpretaron el «Coro de Peregrinos«, de la ópera Tannhäuser, de Richard Wagner, que se basa entre la lucha del amor sagrado y profano y la redención a través del amor.

Años después pasaba a dirigirlo Trinidad León Berdión, una mujer tan dinámica como entrañable, tan esmerada como persistente, que fuera profesora del Conservatorio, donde ocupó las cátedras de Folklore, Piano y Acordeón. Y que también dirigiera el Coro del Colegio Donoso Cortés y el de la Universidad laboral, donde impartió clases.

Más tarde pasaría a denominarse Orfeón Cacereño, tuvo la batuta, además, de Francisco Rodilla, de Kariné Gueyandova y de María del Castillo Ventosa, siempre contó con un muy selecto repertorio, entre piezas sacras, canciones típicas del folklore, medievales, óperas, renacentistas… Y, siempre, entre ovaciones y la admiración de cuantos aprecian, de verdad, la elevada calidad artística de todos sus componentes. Siempre cantando bajo el nombre de Cáceres, que pregonan con tanto esmero.

En sus vitrinas se almacenan señaladas distinciones entre la que sobresalen Extremeños del Año e Importantes de Extremadura. Conseguidas, eso sí, a base de pulso, de constancia y tal vez, nunca mejor dicho, de armonía.

Un Orfeón que el año 1981 aparecía así en las páginas de la revista «Alcántara«, en un reportaje de acertado título: «COMO LOS PROPIOS ANGELES«. Y en el que se puede leer: «Es el Orfeón Cacereño. Que canta, que interpreta como los propios ángeles«.

Tantos años después, desde 1964 hasta hoy, suenan y resuenan esas voces angelicales al hilo de un Orfeón, como uno de los estandartes de la ciudad y en el que, allá en sus tiempos, un servidor aportó su voz.

Un Orfeón, la verdad, que, de siempre, supo transmitir el mejor hechizo musical a todos. Y que ahora cuenta en la presidencia con Juan Carlos Bravo García, una persona de extraordinario corazón y empuje para llevar a la agrupación coral cacereña a los mejores empeños posibles. Lo que se merecen tanto la ciudad de Cáceres como los entusiastas y vocacionales miembros del Orfeón de la capital con ese más que amplio repertorio que guardan, como oro en paño, entre la dulce esencia que mana y que emana de sus voces.

3 comentarios

  1. Jose Luis Bueno

    Es un orgullo haber contribuido a la creación del Orfeón donde puse mi granito de arena.
    Estuve solamente los 4 primeros años, pero llegué a estrenar como tenor solista el Tamborilero en la plaza de San Jorge.
    He pertenecido a varias corales y sigo en una de ellas.
    Mi nombre es José Luis Bueno. A quien conoceréis sin duda es a mi hermano Antonio.
    Un recuerdo afectuoso.

  2. Hola Juan.
    No se si me podrás poner cara.
    Mi nombre es Juan Carlos Bravo, amigo de tu hermano Paco de cuando vivíamos en la calle Margallo.
    Me ha emocionado las letras que plasmas en relación con el Orfeón Cacereño, pues los avatares del destino me han hecho recalar en esta coral y actualmente soy su presidente.
    Simplemente, te pido permiso para reflejarlas en nuestro blog, por supuesto con el pie de tu autoria.
    Si alguna vez te decides a acompañarnos, estás de antemano invitado.
    Gracias.

    • Querido Juan Carlos: Es un placer, de verdad, abrir el ordenador y encontrarse con líneas como las tuyas. Ha supuesto una gran alegría este encuentro, de nuevo, en el camino, y no he hecho más que, al hilo de unas fotografías que me encontré, casi casualmente, conformar unos datos de ese Impresionante Orfeón Cacereño, que, durante un tiempo, contó con mi voz.

      Claro que puedes incrustar mi modesto trabajo en el Blog del Orfeón Cacereño. Será, de verdad, todo un lujo y un placer. No obstante lo anterior mi idea es seguir aumentando el trabajo y elaborar un capítulo profundo. Lo que iré haciendo poco a poco en mi Blog. Y de cuyas incorporaciones periodísticas te iré dando cuenta, si lo ves oportuno, para irlo sustituyendo. Y, cuanto más amplio, mejor. Cáceres, el Orfeón y tantos buenos amigos y amigas, de tan buenos oficios, de tan extraordinarias relaciones, de tanta y esmerada calidad artística, se lo merecen, como se lo merece, por supuesto Cáceres. Un gran abrazo, mi querido amigo… Y a seguir dejando constancia del esfuerzo, de la superación, del bien hacer y del sacrificio que supone sacar estas Agrupaciones modélicas adelante. Juan de la Cruz.

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