PABLO DONCEL, UN GRAN CACEREÑEADOR

Pablo Doncel Rodríguez, 1935-2015, fue, de siempre, para no negar la evidencia un cualificado cacereñeador. Como queda constancia, desde muy pequeño, en sus pinceles, en sus fotografías, en sus pálpitos por el área del Cáceres que antes llamábamos Viejo, o Antiguo. expresión que llegó a utilizar, por cierto, el mismo don Don Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros. Y que, al fin y a la postre, fue uno de los máximos impulsores y paladines de la rehabitlitación del Casco Histórico Monumental de Cáceres.
pablo doncel plaza de san mateo
La Plaza de San Mateo en una noche de inmensa maravilla, decía Pablo Doncel, siempre en tono de la mayor humildad de su obra.

Pablo Doncel, que siempre dijo que pertenecía a una generación que lo perdió todo, vivió allá en el Paseo Alto, enfrente del Cuartel, en un paraje que mi padre denominaba como de idílico, estudió el Bachillerato en el Instituto Nacional de Enseñanza Media «El Brocense», que se recorrió en miles de ocasiones, mientras también se recorría la el Casco Histórico-Monumental con sus pinceles, con sus lienzos, con sus caballetes, con sus apuntes, con la visión de su perspectiva… Y, siempre, también, con una cámara fotográfica. Porque esa afición la llevaba desde siempre, desde muy niño, en lo más hondo de su interior.

Lo que se acrecentaría con el paso del tiempo porque al aprender durante ocho años Dibujo Artístico, en la Escuela de Artes y Oficios de Cáceres, de la mano de intelectuales como Eulogio Blasco y Emilio Macías le allanaron mucho el camino, mientras sus compañeros de bancada, en el alumnado de los pinceles, eran compañeros de señeros nombres como Victoriano Martínez Terrón, como Juan Narciso y como Juan José Narbón. Y solo me ocurre, ahora, decir: «¡Vaya un sexteto de glorias artísticas de la pintura cacereña y cacereñadora…!«. Con estos tres últimos mantuvo una señalada amistad hasta que la vida se iba abriendo en el abanico del tiempo de cada uno de ellos.

Un día, en el domicilio familiar, acaso por los años setenta, Juan José Narbón , en una de sus visitas a mi padre le comentó, ante mi presencia, al ver un cuadro de Pablo Doncel, que el mismo dominaba la recreación figurativa, manejaba el color, se movía en el figurativismo más serio. Y anadía: «¡Tenía que dejar todo y dedicarse a la pintura!«. Pero eso, subrayaba, son opciones personales.

palacio de los Golfines de Abajo
Pablo Doncel veía de este modo un esquinazo de la Plaza de San Jorge a caballo entre las luces y las sombras…

Pablo era un Cacereñeador sublime que, muy probablemente, no se dejó ni una esquina, ni una piedra, de su Cáceres de siempre, atrás. Ese Cáceres, me decía hace tan solo unos meses, en un chat, «que nos dio la vida, Juan«. Una frase arrancada de su espontaneidad poética. Porque Pablo, un artista consumado y polifacético en todas las artes, también cultivaba el género poético.

Pero casi todo se quedaba, qué lástima, en su despacho, en lo que él denominaba como recreación personal de la satisfacción emocional de uno consigo mismo.

Y ahora, que se nos acaba de ir, como siempre hizo, sin ruido alguno, mi propuesta para que entre todos seamos capaces de conseguir una exposición fotográfico-pictórica del alma creativa de Cáceres que llevaba dentro de él.

Curso Magisterio en la Escuela Normal «Rufino Blanco«, porque algo había que hacer en aquellos tiempos. Prefirió inclinarse por la Delineación en la Escuela de Maestría Industrial. Y con su ingreso como Delineante Proyectista del Ministerio de Industria, en el Centro de Investigaciones CIEMAT, en Madrid, dio rienda suelta, con mucha frecuencia, a su paisaje y a su paisanaje cacereño.

Pablo Doncel, mientras, iba dejando tras de sí, en el recorrido de la vida, la dulce sensibilidad de su alma de artista. Es decir, el jugo con las esencias de creer en sí mismo. Aunque lamentablemente, le pudo su humildad, su sencillez. Acaso la soledad y el silencio de su despacho madrileño con aires monásticos, porque allí, en aquel rincón, se explayaba con sus ensoñaciones, con su recreaciones. Acaso con la conformación de una cualificada altura interior, que esa es, por cierto, una de las más complejas virtudes humanas.

A la hora de la jubilación se volcó en su pintura por y sobre Cáceres. Y en su fotografía, asimismo, por y sobre Cáceres. Y mientras calificaba a su pintura de modesta, porque él solo pintaba lo que veía y lo que sentía, tenía una exposición permanente en la Galería Picasso.

pablo doncel
Pablo Doncel en una de sus últimas fotografías antes de fallecer hace escasos días.

Con la mano, ahora, en el corazón, creo que muchos fuimos un poco culpables de que Pablo no entrara en la vía artística convencional de las sacrosantas ciencias del arte que conforman la pintura y la fotografía.

Entre quienes no supieron apreciarlo, junto a su planteamiento personal de que él se recreaba consigo mismo y junto a su entorno familiar, se abortó, y lo escribo y manifiesto con la mayor de las penas, un camino de alguien que, como él, poeta de la vida, pintor de calidad y relieve, fotógrafo de altura de miras y por amor al arte, se nos ha ido en silencio, casi de puntillas, dejando atrás un rastro inmenso de su obra, con el sosiego de sus lecturas infatigables, viñetista de señalados considerandos, con sus versos rotos en su silencio y en su interior, luchando y batallando por divulgar Cáceres desde su silencio. ¡Qué contradicción…!

Ahora nos lamentamos de que Cáceres perdió, desde el dolor de tan dura realidad, un artista, que huía de la notoriedad porque le podía su propia sensibilidad personal. Tanto la emocional como la espiritual.

pablo doncel arco de la estrella
El Arco de la Estrella, siempre majestuoso, y, al fondo, la Plaza Mayor de Cáceres.

Y desde ese inmenso dolor por su despedida dejar constancia expresa de que Pablo Doncel, persona y cacereñeador, y Pablo, artista, se merecen un homenaje póstumo para que todos los cacereños puedan apreciar la belleza, sublime, elocuente, expresiva, de su trabajo. Siempre humilde, callado siempre, y, siempre, al tiempo, brillante.

Y rendir, de este modo. un homenaje a sus pinturas, a sus fotografías y, sobre todo, a su forma de entender el arte de una ciudad de la que siempre fue un amante fiel y leal.

Gracias, Pablo, porque tu obra sí que se queda grabada para la eternidad de la belleza artística de Cáceres. Algo que podemos comprobar contemplando tus radiografías artísticas, aunque pasaras, porque no quisiste, o no supimos convencerte, qué pena, al panel de la gloria que te merecías, ahora que recuerdo aquel chat en el que me señalabas, más o menos textualmente, que pintabas lo que sentías y con despreocupación de tendencias, modismos y vanguardias.

Una lección de genialidad intelectual, sencillamente, con la que nos ilustrabas pero desde tu sempiterna humildad que todos guardamos con el respeto y la veneración que te mereces, también, desde siempre.

pablo doncel
Pablo Doncel también era un cualificado viñetista. Aquí teneis un ejemplo.

¿Y cómo no ilustrar este capítulo, escrito con toda la honestidad que puedo, Pablo, amigo, sin colgar, como dicen ahora los jóvenes, una viñeta con las que te recreabas en la inspiración de la propia complejidad de la misma? Porque no hay que olvidar que para hacer una viñeta hay que tener conocimiento del tema, saber pintar, gozar del sentido del humor para expresar la radiografía de la ironía, pespuntear el dibujo, elaborar los «bocadillos» de los diálogos, gozar de imaginación y disponer de la capacidad creativa?

Ya, como consideración final, señalar, es obvio, que Pablo Doncel fue un cualificado artista de la pintura y de la fotografía, con, por y sobre Cáceres, y de los creativos que más y mejor, siempre desde su propio silencio, para pasar lo más inadvertido posible, se supo introducir e incrustar, desde su significativo magisterio, en la hermosa amplitud del Casco Histórico-Monumental de Cáceres.

¡Qué pena…! ¡Cuántos artistas se quedan en el camino porque la vida es, sencillamente, así…!

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PABLO DONCEL, UN GRAN CACEREÑEADOR by JUAN DE LA CRUZ GUTIÉRREZ GÓMEZ is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.

2 comentarios

  1. Un artículo inigualable que ha sabido captar la esencia del mejor abuelo del mundo, de un ARTISTA, así, con mayúsculas, que se ha quedado con nosotros en cada cuadro que llena de vida nuestras paredes.

    Gracias por tanto cariño y demostración de respeto y admiración. Allá donde esté apreciará tan bonitas palabras.

    Un saludo

    Patricia (Orgullosa nieta del artista)

  2. JUAN JOSE DONCEL RODRIGUEZ

    Magnifica radiografía, la que hace aqui Juan de la Cruz, del personaje, pues los que le conocimos, muy de cerca, efectivamente él era así. Gracias a este gran Cacereñeador (Bonita Palabra), que debería ser incluída en la Real Academia de la Lengua Española, y que inventó el padre, del también Ilustre, Juan De La Cruz, Autor de este Blog.- Gracias por la parte que me toca y en nombre de toda la familia de Pablo Doncel, con la gratitud que se merece el magnifico escritor, Periodista, Escritor, Comunicador en medios muy importantes de nuestro pais, como es Juan De La Cruz Gutierrez.- GRACIAS.-

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