El Adarve de la Estrella se conforma como uno de esos lugares de fascinación y de infinita belleza que se encuentran en el corazón histórico-monumental de Cáceres.

 

Y sobre esta fotografía del Adarve cacereño hay, ¿por qué no? una curiosa historia.

Nos remontamos, pues, al 15 de octubre de 1945. Cuando inició su singladura la revista «Alcántara» con cuatro tripulantes de lujo a babor y a estribor.

Toda una gesta en aquellos tiempos en la que se comprometieron a fondo Tomás Martín Gil, Fernando Bravo y Bravo, Jesús Delgado Valhondo y José Canal Rosado.

 
Una odisea cultural, con cita, entonces mensual. Cuentos, poemas, ensayos, semblanzas de Cáceres, repaso por las páginas de la historia, investigación, noticias de la dinámica cultural de Aquellos Tiempos…
 
Nacieron con un puñado de sueños y de letras. Un esfuerzo titánico que mereció, sencillamente, la pena. Y a cuyas páginas iban prestando su colaboración intelectuales de relieve. para mayor gloria de la gesta de lanzar «Alcántara» y echarse a la mar bravía…
 
Durante 20 años la dirigió ese vendaval literario y cultural cacereño que fue Pedro Romero Mendoza, brazos abiertos a todos, y «Avanti«.
 
Un día Pedro Romero Mendoza, con quien Cáceres se encuentra en deuda, impulsó una nueva sección, en 1949, denominada ALBUM EXTREMEÑO, para incrustar e ir desvelando a los lectores de la comprometida y honesta revista cultural cacereña toda una larga serie de testimonios fotográficos de relevancia.
 
Y un día de aquellos tiempos Pedro Romero Mendoza le dijo al fotógrafo cacereño Javier:
— Javier, haz una fotografía diferente del Adarve…
Dicho y hecho. Javier arrancó con sus bártulos al hombro, filosofando sobre el difícil encargo de Pedro Romero Mendoza, estuvo un largo tiempo buscando luces, sombras, relieves, ángulos, objetivos, perspectivas…
Y, en el número de la revista «Alcántara«, correspondiente al segundo semestre de 1966, aparecía la fotografía que ilustra este texto.
La misma lleva el siguiente pie de fotografía: «ALBUM EXTREMEÑO: Una calle típica de Cáceres: Los Adarves«.
 
Hoy, pues, va por Pedro Romero Mendoza, que se dejó el alma, de forma denonada, como uno de los impulsores del renacimiento cultural del Cáceres de la época, que no era fácil empeño, dicho sea de paso, junto a tantos nombres, además de los ya citados, como Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros, Valeriano Gutiérrez Macías y otros muchos… 

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