CACERES EN LA COLECCION «LAS 49 PROVINCIAS ESPAÑOLAS», CHOCOLATES AMATLLER

La imaginación siempre acompañó a los empresarios. Que se lo digan, si no, a la familia barcelonesa de los Amatller, cuando desde, allá por los finales del siglo XVII, Gabriel Amatller se llegaba desde Molins del Rey hasta el barrio de Santa María del Mar, en la Ciudad Condal, para iniciarse en las artes chocolateras. Lo hizo con tanto ahínco y tan suculentos productos, procedentes de Cuba, Venezuela, Ecuador, Guinea Ecuatorial (entonces Fernando Poo), y Ceilán, que logró montar un imperio a base, además, de trabajo y de muchas cábalas.

Y logró llegar tan lejos –con Museo Chocolatero en el Paseo de Gracia–, que su marca fue un referente en el mercado chocolatero europeo y líder en España. Y, por tanto, también, de los niños.

Niños y mayores que, además de endulzar el paladar con aquellos chocolates, seguían y perseguían las numerosas colecciones de cromos que se incrustaban en las tabletas, como un atractivo comercial de señalado relieve.

Como fue el caso de la colección titulada «Las 49 Provincias Españolas. Traje Típico y Escudo«. Nombre que obedece a las 49 provincias en las que entonces se dividía España, ya que las Islas Canarias solo figuraban como una, y que obedecía a la división territorial llevada a cabo en 1833 durante la Regencia de Doña María Cristina.

Y retomando el álbum de «Las 49 Provincias Españolas«, de Chocolates Amatller, un día, allá por la década de los treinta, lanzó esta sugestiva estampa sobre el traje típico de Cáceres.

Un cromo, cuajado de sabor, de colorido y del más pleno tipismo costumbrista, que arranca en los profundos parajes de las raíces que heredamos de nuestros antepasados.

Hoy, pues, va por ello. Por quienes nos precedieron y legaron tanta hondura. Y, también, a quienes se identifican con el recorrido del respeto que arranca en las páginas de la historia del Cáceres de siempre.