Paseando por la Antología sobre Cáceres hace ya algún tiempo descubrí un poema de significativa belleza de un prestigioso vate sobre nuestra ciudad, que tenía guardado y que hoy desempolvo para conocimiento de todos. Sobre todo por su calidad, por su hondura y su belleza. También, claro, por ser un acto de justicia. 

 

caceres mi etereo mausoleo
Una bellísima panorámica sobre Cáceres.

El descubrimiento fue mayor, en su día, al comprobar que José María Osuna, 1908-1974, es un médico sevillano, poeta, escritor, articulista, ensayista, humanista, amante de las tertulias, y que en diversas ocasiones se paseó por el Casco Histórico de Cáceres entre elogios y silencios de emoción, entre pasos de relieve, entre expresiones cuajadas de un puñado de versos improvisados en su intensidad espiritual con la ciudad.

Una ciudad, como la nuestra, en la que en el año 1962 pronunció una conferencia con el sugestivo título de «CACERES: LECCION PARA ESPAÑOLES«, y sobre la que la revista «Alcántara«, a la sazón dirigida por ese erudito que siempre fue Pedro Romero Mendoza, publicaba una reseña en la que deja constancia expresa de que «El ilustrado poeta José María Osuna, íntegro sevillano y sincerísimo amigo y admirador de nuestra Extremadura dio una brillante conferencia que alcanzó un gran éxito de crítica y público«.

Asimismo se añade que «merece gratitud de todos los extremeños este hombre de bien que con tanta sinceridad, hondo sentimiento y belleza literaria escribe y vocea los valores, bellezas y otras gracias de nuestra tierra«.

JOSE MARIA OSUNA JIMENEZ
El doctor y poeta José María compuso, en su día, allá por 1962, un hermoso poema titulado «CACERES».

José María Osuna, del que las crónicas cuentan que era un trabajador incansable, a caballo entre la medicina y la cultura, dejó un amplio bagaje literario irradiando idealismo y pureza.

Entregado a sus gentes, con destacada presencia en todas las enciclopedias de la poesía en Sevilla, J. A. Gómez-Marín le define como «superviviente del médico renacentista, práctico, cuidadoso, atento, viajero, poeta de escalpelo y médico de madrigal…«.

Reconocido por todos como persona entregada con facilidad a la amistad y a la tertulia cultivó, hasta su fallecimiento, la novela, el ensayo, la poesía, el artículo y la conferencia. Lo mismo que destacó como un señalado humanista, como un hombre bueno y comprometido con los humildes.

El día de su entierro el prestigioso periodista y escritor Antonio Burgos dejaba constancia del mismo, en el periódico ABC, en los siguientes términos:  «Los que fuimos sus compañeros y amigos, los que supimos de sus amarguras y sus alegrías, los que aprendimos de su humildad y de su sinceridad, nos dolemos ahora de su muerte. La muerte de un andaluz a carta cabal, de un hombre de cuerpo entero que un día escribió en verso sus «Oraciones al Dios dificil». Una de sus obras más comprometidas.

Su soneto, titulado «CACERES«, cuenta con una dedicatoria, «A don José Canal, con cariño y agradecimiento» y dice así:

«CACERES«

Qué milagro de siglos retenido

este cerco de piedras a la historia;

este duro remanso de la gloria

tras los fieros adarves mantenido.

Qué altivos sueños estos que han prendido

en los muros de limpia ejecutoria

su laurel para siempre.Qué memoria

de aquel lance en el tiempo retenido.

Milagro de Cazyres, la esforzada,

de Cáceres insigne, bien pagada

de gestas y leyendas celadora

de las torres lunadas donde aún llora

entre almenas y sombras -¡oh cuitada!-

su triste sino la princesa mora.

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