CACERES Y SUS PERSONAJES NOTABLES

Cáceres y sus personajes notables es el título que le doy a este capítulo. Y todo desde que guardo en la memoria, y, asimismo, en algún rincón de mi archivo, que no encuentro, lamentablemente, un reportaje de un medio de comunicación de Cáceres, efectuado en su día sobre el hipotético conocimiento de la figura personajes notables que prestaban su nombre a calles, paseos y plazas de la ciudad y en el que el periodista preguntaba, probablemente con cierto grado de ironía, a un joven bachiller sobre quién era Cánovas. Un tema, pues, probablemente, de enjundia Cáceres y sus personajes notables.

 

GOMEZ BECERRA
Alvaro Gómez Becerra ha sido, seguramente, el político de mayor notoriedad que ha dado la ciudad de Cáceres.

La escena de la curiosa entrevista para el reportaje periodístico, que bien merece la pena titular Cáceres y sus personajes notables es probable, si no recuerdo mal, que transcurriera en pleno Paseo de Cánovas. Acaso a la altura de la esquina del Chalet de los Málaga, que se alza entre la Avenida de España y la Avenida de la Virgen de la Montaña. Un curioso reportaje que creo recordar, como ya he señalado, que giraba alrededor de Cáceres y sus personajes notables con cita, claro es, en el callejero de la ciudad.

A lo que el estudiante respondió, no sabemos si con el mayor de los desparpajos y suprema seguridad: «¡Un Paseo!«. ¡Pobre don Antonio Cánovas del Castillo, uno de los políticos más influyentes del siglo XIX y presidente del Consejo de Ministros durante una buena parte de finales de dicha época!

La verdad es que el tema de Cáceres y sus personajes notables, sobre todo, claro es, los que figuran en el callejero de la ciudad, da mucho de sí. El tema me ha venido al recuerdo de la mano y al hilo de las indagaciones, investigaciones, estudios y apuntes que voy llevando a cabo, desde hace ya largos años, poco a poco, sin prisa y sin pausa, sobre personajes de notoriedad y relieve en Cáceres, tanto a lo largo de la historia, como en el correspondiente al último siglo, y, en especial, de su segunda mitad.

Un camino, por cierto, en el que voy descubriendo, por cierto, personalidades fascinantes, hechos significativos y un trabajo de especial semblanza por el bien de la ciudad en un amplio abanico de campos. Y que, dicho sea de paso, bien merecerían la pena que fueran conocidos, aunque sea de forma liviana, por los cacereños. Porque detrás de cada uno de dichos personajes, como de tantos y tantos que no tienen la fortuna de dejar su nombre prendido en rótulos de calles, paseos o plazas, existen hechos de la mayor curiosidad, relevancia o transcendencia en, por y para la vida de Cáceres o en la nacional. Como es, por ejemplo, sin ir más lejos, el nombre que nos ocupa.

calle de sande
Francisco de Sande llegó a ser Gobernador General y Capitán General de Filipinas.

Y si tiramos del hilo y sacamos a colación los nombres, de muy conocido relieve, por cierto, en la historia de Cáceres pongo por caso, de Francisco de Sande Picón, que comenzó siendo Alcalde del Crimen en Méjico y llegó a alcanzar nada más y nada menos que el cargo Gobernador General y Capitán General de Filipinas. A lo largo, eso sí, de una muy dura conquista, tal cual señalan las referencias de la propia historia, ante las que el valiente cacereño presentó numerosas y arriesgadas batallas, llegando a fundar la ciudad de Nueva Cáceres, en homenaje a su tierra natal, aunque hoy dicha ciudad se denomina Naga, y cuya figura que da nombre a una calle cacereña. Un conquistador que, en cuyas lejanas tierras filipinas, se hizo de oro. Y de cuya historia acaso alguien no conozca demasiado.

calle godoy
Francisco de Godoy Aldana, lugarteniente de Pizarro en Perú.

O si apuntamos el nombre de Francisco de Godoy Aldana, que en plena juventud se embarcó en las naves con dirección a la conquista de las Américas, alcanzando la confianza de Francisco Pizarro, de quien lugarteniente en la conquista de Perú… Y cuyo Palacio, levantado, por cierto, con la fortuna que obtuvo en la conquista de Perú, sobre todo la procedente del templo de Pachacámac, cuenta con el balcón esquinado más hermoso de la Ciudad, allá junto a la Plazuela de Santiago, tal como ya escribieran notables historiadores cacereños como fruto de sus apasionadas y apasionantes investigaciones, estudios, ensayos y artículos alrededor de determinadas figuras que se encuentran en el callejero.

plaza obispo galarza
El Obispo Galarza presta su nombre a una Plaza de la ciudad de Cáceres.

O, si se quiere, simplemente, pregunten por el nombre y la figura del Obispo Galarza, de gran relieve cultural, amigo personal de Su Majestad el Rey. Un Obispo valiente y que, rigiendo la diócesis de Coria, y siguiendo los mandatos emanados del Concilio de Trento, edificó el Seminario de San Pedro en Cáceres, en contra de la voluntad del Cabildo catredalicio de Coria y de los munícipes caurienses, que presentaron serías batallas por un tema de tan largo alcance en las páginas del panorama religioso para lo que que podría ser el futuro de la diócesis. Pero de eso hace demasiados años, hasta que el prelado, don Manuel Llopis Iborra, llegara a trasladar la residencia episcopal a la capital de la provincia y bautizar el nombre como de Coria-Cáceres.

calle gomez becerra
Alvaro Gómez Becerra fue Ministro de Gobernaciión, Gracia y Justicia y hasta alcanzó, por unos días, la presidencia del Consejo de Ministros.

Claro que si nos ponemos a ahondar con todo tipo de profusión de detalles ya podemos comprobar, por su propio listado de calles, plazas, paseos, jardines y rincones que el mismo, ajustándose a los vericuetos de la ciudad, es, denso. Pero las dimensiones del crecimiento de la ciudad van en función proporcional de esas cuestiones demográficas y de esas necesidades que van surgiendo alrededor y en la configuración de la propia dinámica de lo que es el diseño y el recorrido urbanístico de la ciudad. Tal como podemos ir viendo, paulatinamente, tirando de ese mismo callejero que exige, ya, Cáceres. ¿Y si se pregunta al ciudadano, acaso, pongo por ejemplo, quién fue Alvaro Gómez Becerra, y que, muy probablemente, sea la figura de mayor relieve entre los políticos cacereños y que, siendo hijo de un carretero al servicio de la acaudalada y prestigiosa familia de los Ulloa, llegó a alcanzar la Jefatura  Política de Extremadura, el Ministerio de Gobernación, Gracia y Justicia y hasta fue presidente del Consejo de Ministros, aunque, eso sí, por muy pocos días?

diego maria crehuet
Diego María Crehuet, otro nombre de relieve en el callejero de Cáceres.

También, entre los numerosos ejemplos que podemos ir citando, ateniéndonos tan solo al rigor del callejero cacereño, ahí están las personalidades, las figuras y las tallas de Diego María Crehuet, que fue Fiscal General del Estado y Magistrado del Tribunal Supremo, Antonio Hurtado y Valhondo, escritor y político, que con muy temprana edad ya había escrito «La Conquista de Cáceres» y que llegó a ser gobernador civil de varias provincias, de Enrique Pérez Comendador, todo un prestigio en el panorama escultórico nacional e internacional, y autor de las estatuas de José María Gabriel y Galán en Cánovas, que erigió con tan solo veintiseis años de edad, y de San Pedro de Alcántara en la Plaza de Santa María, por cuyos pies la mayoría de los viandantes pasan la mano para pedir favores e intercesión del mismo, o de Publio Hurtado, investigador incansable y cuyo nombre figura en letras de oro dentro del panorama cultural cacereño y fundador de la prestigiosa Revista de Extremadura,

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Juan Sanguino Michel, otro ilustre cacereño que honra la ciudad con una calle.

También están los nombres, solo como mínimos ejemplos, porque la lista sería interminable, de Juan Sanguino Michel, un apasionado arqueólogo e historiador, y, al tiempo, también, otro de los fundadores de la Revista de Extremadura, que llegó a dar clase, a la vez, de Lengua Francesa, de Ciencias, de Historia Natural, de Agricultura y de Matemáticas, de Juan Luis Cordero, Eulogio Blasco, pintor y escultor de notables características, que dejó una estela de máxima belleza, y que hoy da nombre, además a la Escuela de Bellas Artes, así otros muchos nombres sublimes, de historiadores, de investigadores, de profesores en diversas ramas de la enseñanza, de pintores, e, inclusive de personajes célebres dentro de la tipología social y de las características que marca el callejero identificativo de la ciudad, como bien puede ser Eugenio Frutos Cortés, catedrático de Filosofía en el Instituto de Segunda Enseñanza, entre 1930 y 1941, allá, en el centro educativo enclavado entonces en lo que hoy es la Plaza de San Jorge, y que llegó a ser, y continúa siéndolo a través de su obra, uno de los grandes referentes españoles de la filosofía, desde el vitalismo y el existencialismo, o, por irnos a un plano muy diferente el nombre de Angelita Capdevielle, una luchadora de armas tomar por la recuperación de las coplas, canciones y danzas típicas de la provincia de Cáceres y que logró ir rescatando de las páginas antes de las que las mismas se despidieran por la vía del olvido.

plaza del conde de canilleros
La Plaza del Conde de Canilleros se halla en un lugar emblemático de Cáceres.

O los nombres de Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros, que se dejó la vida luchando en sus trabajos e investigaciones por Cáceres del modo más afanoso posible y con numerosas gestiones y publicaciones edn su larga y voluminosa bibliografía, de Sergio Sánchez, de Gil Cordero, de Dionisio Acedo Iglesias, periodista y escritor de señalado relieve que dirigió el periódico «Extremadura» durante largos años, de Juan Caldera, de o de Juan Solano, Hijo Predilecto de Cáceres y autor del «Porompompero«, mientras que si tiramos de la pregunta sobre la obra y el relieve de la figura de los mismos puede que nos lleváramos alguna sorpresa sobre el grado de conocimiento alrededor de tan señeros personajes que dejan su nombre y su huella incrustados en la eternidad del callejero de Cáceres.

muñoz chaves
Juan Muñoz Chaves fue otro influyente político de Cáceres.

¿Y si hablamos, pongo por caso, de la figura, ilustre, de Juan Muñoz Chaves, que llegó a ser senador, diputado, uno de los miembros más notables del Partido Liberal, en sus días, claro es, y un orador elocuente y que también cuenta con una estatua en la ciudad, obra del escultor cordobés Mateo Inurria, que era la figura más admirada por Eulogio Blasco dentro del relieve escultórico nacional de su época?

No es que se trate, claro es, de que todos los cacereños y cacereñas sepan o lleven a cabo una tesis doctoral sobre la vida y el conocimiento de los mismos. No. Pero, acaso, tal vez, sería conveniente que desde los centros de enseñanza, desde la Administración, desde las instituciones , desde los medios de comunicación y desde cuantas esferas o tribunas se pudiera se tratara de ayudar a que el paisanaje cacereño, más aún los escolares, pudieran llegar a conocer un poco de aquellos personajes, en tantos y tan variados campos como requiere la sociedad, y saber, al menos, pongo por caso, que Miguel Muñoz de San Pedro, 1899-1972, fue un historiador, escritor, erudito, investigador, que se dejó la vida por Cáceres entre sus decenas de publicaciones y su lucha, imparable, por la rehabilitación de la Ciudad Medieval, que hoy fascina a tantos visitantes.

Unas líneas, al menos, que pudieran quedar grabadas en el alma del conocimiento, sobre todo de los más jóvenes, y que pasan, pasean, transitan y trasiegan con frecuencia por calles, paseos y plazas que, con el ritmo de los tiempos, disponen de unos rótulos que les dan nombre quizás en medio del desconocimiento, quizás en medio de la despreocupación, quizás en medio de la apatía. Puede, incluso, que en medio de la ignorancia. Lo cual podría ser un error de bulto a la hora de ir enseñando a los descendientes respectivos la trayectoria de la semblanza de tales personajes que enriquecen el callejero de la ciudad de Cáceres.

Con ello tan solo pretendo subrayar que podría ser conveniente, y me expreso en potencial, la implantación de unos criterios educativos de tipología razonable para que los cacereños supieran algo más y algo mejor sobre lo que representa la figura y la talla de relevancia del nombre de determinados rótulos en un callejero que, en algunas ocasiones, puede que no diga demasiado a los que viven o pasan por esos lugares que llevan por nombre, por ejemplo, el de Carlos Callejo Serrano, un apasionado cacereñeador, si se me permite el término, que dirigió quince años el Museo de Cáceres, publicó cientos de artículos y ensayos, junto a una larga de serie de libros, fue Cronista Oficial de Cáceres y miembro de la Real Academia de Extremadura de las Artes y las Letras, o el del Padre José Luis Cotallo, 1922-1970, que se volcó con los más jóvenes en una gran labor de apostolado social, para quien se pide la beatificación, lo que ya es decir, a pesar de haber fallecido con tan solo cuarenta y ocho años, mientras los nombres de otros cualificados y esforzados personajes de hoy pueden ir pasando, con el transcurso del tiempo, al rincón del olvido.

rotulosrinconteresalanaveraCalles, Plazas, Rincones, Jardines, Paseos, ay, que atesora la historia de la ciudad en lo más profundo de su alma, como el propio esquema en el abanico, de profundidades, en la vida de tantos y tantos y tantos personajes en la configuración del propio esquema de la ciudad. Y que se han ido conformando, siguen conformándose y lo seguirán, a lo largo del paso del tiempo, con los nombres puedan prestar su figura a esos lugares de relieve como es la propia tipología que figura en la larga lista del callejero de la ciudad, desde que la misma comenzó a existir

¿Y dónde queda el conocimiento alrededor de notables figuras cacerenses y cacereñeadoras de la segunda mitad del siglo XX como el que emana de la obra de Pedro Romero Mendoza, escritor, crítico literario, poeta, ensayista, novelista, periodista y que dirigió durante veinte años la revista «Alcántara«, donde marcó una inquietud cultural de relieve en una época severamente compleja, fundador de la Sociedad Literaria Cacereña, y que se alzó con el Premio Cartagena, de la Real Academia Española, por su estudio «Siete ensayos sobre el Romanticismo Español«, de José Canal Rosado, profesor, poeta de muy inspirada lírica y uno de los más inquietos intelectuales del momento, de Juan José Narbón, un pintor, de la máxima expresividad, de Valeriano Gutiérrez Macías, escritor, historiador, Primer Teniente de Alcalde, Vicepresidente de la Diputación, autor de numerosos libros, ensayos y con más de dos mil artículos en «Extremadura«, «Hoy«, «ABC«, «La Estafeta Literaria«, «Informaciones«, «Alcántara«,… de los Hermanos Romero Ruiz, Enrique y Gabriel, brillantes periodistas, de Pablo Naranjo Porras, historiador, catedrático de Historia, senador, de Germán Sellers de Paz, director del periódico «Extremadura«, de Jesús Asunción, cacereñista de pata negra, de Santiago Caldera, fotógrafo callejero de la actualidad cotidiana, o de Fernando Bravo y Bravo, la cordialidad social y cultural en persona, que un día escribió este soneto:

«AYER, HOY Y MAÑANA: A CACERES«

Estás ahí, y tan lejos te presiento,
tan huidiza de mí, que ya ni corres:
inerte lucha de truncadas torres
que aquietó, de Isabel, el regio tiento.

Cáceres: tu valor guarda, y no borres
la recia pesadumbre del portento
de vivir y, a la par, ser monumento
de mí misma. ¡Tú sola te socorres!

De tu pasado, un esperar nacido,
veo abrazarte como verde yedra,
en claro porvenir firme y cencido.

Si en el «hoy» tu presencia se desgrana,
eres tras el «ayer» de acero y piedra.
Cáceres, para mí, siempre mañana.

Como ejemplo substancial de lo anterior citemos al historiador Marcelino Cardalliaguet Quirant que, en su ensayo «Don Diego María Crehuet del Amo. Vida y Obra de un notable jurista cacereño«, publicado en la revista «Alcántara«, en el año 2008, expone textualmente: «Don Diego María Crehuet, al que hoy los cacereños sólo conocen por la ubicación de esta calle fue, sin duda, una de esas figuras trasversales y universales que llenan con su obra toda una época de la historia local«. Un ejemplo de señaladas connotaciones.

Razón de más, desde tan señalado ejemplo como para subrayar que existe una responsabilidad, pues, creemos, que importante, que recae sobre todos. De unos, eso sí, más que de otros. Porque reducir el nombre de Cánovas, simple y llanamente, a un Paseo, o el de Diego María Crehuet a una calle, al menos para un estudiante de bachillerato, en el camino del aprendizaje de tantos pormenores, como los que existen alrededor de una ciudad como es Cáceres, podríamos considerarlo, como una falta de sensibilidad y de inquietud del mismo.

Pero también, quizás, al tiempo, como un error de la Administración educativa, más allá de las habituales enseñanzas que se imparten, en función del correr de los tiempos, en los centros de estudios, en escuelas, colegios, institutos y Universidad.

NOTA: Los autores de las fotografías con los rótulos de las calles son obra de dos exquisitos cacereñeadores: Julita G. Parra y Paco Mangut, a quienes agradezco su amabilidad y gentileza, como en ambos dos resulta habitual.

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CÁCERES Y SUS PERSONAJES NOTABLES by JUAN DE LA CRUZ GUTIÉRREZ GÓMEZ is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.

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