La Cuesta de Aldana y el Adarve, de Cáceres, son las dos acuarelas que, en 1.906, eligió el pintor inglés Wigram para su libro titulado Northem Spain.
En un largo recorrido por España el pintor Edgard T. A. Wigram plasmó una numerosa serie de acuarelas, de muy logradas imágenes y estampas, que, posteriormente, se traducirían en el libro editado por Adam & Charles Black, en Londres.
El prestigioso pintor se volcó en pasear, en observar y en llevar al lienzo una serie de perspectivas e imágenes de Cáceres. Y al libro fueron trasladadas dos acuarelas impregnadas de una gran belleza en el seno del Casco Histórico-Monumental de Cáceres. La Cuesta de Aldana, a la izquierda de la fotografía, y el Adarve, tal como lo plasmó el pintor, allá en 1.906.
Dos obras del acuarelista, con toda la fuerza costumbrista, como se trasluce, y con el retrato calcado de cómo se reflejaba, en aquel entonces, en dos de los lugares más emblemáticos del Cáceres intramurallas..
Desde aquellas pinceladas, cuajadas de sensibilidad figurativa, hasta hoy han transcurrido tan solo ciento nueve años. Quizás, al mismo tiempo, para que la siempre cacereñísima Cuesta de lAldana y el siempre cacereñísimo Adarve, como la propia tipología de sus gentes, tal como se puede apreciar, entre la acuarela y la realidad de hoy hayan cambiado, de forma señalada, con el paso del tiempo.
Entre otros argumentos, al menos en mi siempre modesta opinión, para embellecerla con el cuidado exquisito con el que el Casco Histórico-Monumental de Cáceres ha ido siendo debida y convenientemente remodelado, mientras las acuarelas, las estampas y las imágenes de aquel entonces perduran, para siempre, como una destacada simbología del pasado.
Lo que siempre es bueno almacenar en la historia documental de Cáceres.
¡Y qué hermoso y sensitivo es, pienso ahora, recorrer las callejuelas, las plazoletas, los adarves y las cuestas del Cáceres antiguo, en reflexión con uno mismo, o dejándose llevar por el viento de las inercias, o de no pensar en nada, y dejarse llevar por donde te conduzcan los pasos, con estas imágenes, de ayer, como la acuarela del prestigioso pintor inglés, Edgard T. A. Wigram allá por 1.906!
Tal vez, lentamente, como Dios les da a entender, con el agua para el abastecimiento diario. ¡Cuántas caminatas, cuántos paseos y de cuántas esforzadas generaciones, entre calores y fríos, a cualquier hora, para llegarse hasta la fuente, a través de la dulce inmensidad del Cáceres de nuestros sentimientos!
Toda una vida del Adarve, que se conserva desde la época romana, y que sirve, posteriormente, como camino por el interior de la muralla y facilitar la movilidad de las tropas y como nexo de unión entre las torres. Y que hoy se ha convertido, tanto para cacereños como para visitantes, en una de las rutas, paseos o caminos más frecuentados dentro del Casco Histórico-Monumental por el hechizo, la hondura y la sensibilidad de su significado dentro de Cáceres.
LA CUESTA DE LA ALDANA Y EL ADARVE VISTOS POR EL PINTOR WIGRAM EN 1906 by JUAN DE LA CRUZ GUTIÉRREZ GÓMEZ is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.