DEL FOLKLORE CACEREÑO (1944)

Manuel García-Matos (Plasencia, 1912-1974) se conforma como el máximo exponente del folklore extremeño, y, al tiempo, uno de los de mayor relieve de toda España, tras toda una vida consagrado a la investigación y divulgación de esas ricas manifestaciones de las canciones y danzas de España, muchas de las cuales, estaban en peligro de desaparición y que se recuperaron gracias al intenso trabajo y dedicación del folklorista cacereño.

 

Ya en 1944 sacó a la luz su obra «Lírica Popular de la Alta Extremadura«, con las partituras de numerosas canciones y danzas, que fue sacando dejándose la piel por esos caminos y campos y recovecos del pueblo y del propio folklore cacereño. Entre andaduras, entrevistas, grabaciones, repeticiones y armonizando los pormenores, particularidades y fenomenologías de los más mayores, en un durísimo pero muy grato esfuerzo. Lo que hoy le agradecemos de todo corazón.

Una obra de una gran densidad y sensibilidad, que abrió muchos recorridos por el panorama y las ricas esencias que se dan cita y convergen en el escenario del folklore altoextremeño donde ya se conservan como oro en paño y gracias, también, a tantos y apasionados de la panorámica de las canciones, de las danzas, de las tradiciones, de las costumbres, para enaltecer la fenomenología típica de la provincia de Cáceres, donde se enmarcan otros nombres de relieve como los de Bonifacio Gil García, Angelita Capdevielle Botella, Domingo Sánchez Loro, Valeriano Gutiérrez Macías, María Fernand0 Sánchez Franco… Y otros muchos.

Una joya, el estudio del etnomusicólogo, investigador y folklorista Manuel García Matos sobre el folklore cacereño, como se manifiesta en la obra «Lírica Popular de la Alta Extremadura«. Una persona de gran generosidad y talla humanista, cordial, apasionado de su trabajo y convencido de la hondura emocional de sus inquietudes entre notas musicales, apuntes, dibujos, instrumentos musicales, indumentarias típicas y populares y que extrajo de las raíces de ese pueblo escondido en los rincones más insólitos de la apasionada y siempre más que apasionante tierra cacereña, cuajada de buenas y humildes gentes y que, en aquellos tiempos, le entregaron lo mejor de las ramas folklóricas al profesor Manuel García Matos que supo difundir con extraordinaria magnitud.
 
Una obra en la que nos dejó, entre otras relevantes muestras documentales, tres excepcionales estampas fotográficas, como señalamos en este ligero apunte periodístico. 
 
Una primer fotografía en la que se puede apreciar a una joven con el traje y con la gorra típica y popular de la localidad cacereña de Montehermoso, en un pie de fotografía, escrito por el propio profesor Manuel García-Matos y en el que el mismo señala y manifiesta que, a través del contenido de dicha instantánea, se puede contemplar «una belleza. En la que se puede apreciar los rasgos más puros de la raza indígena extremeña«.
Un análisis sucinto de Manuel García-Matos y del queda constancia más que expresa en el fenómeno contemplativo de la propia fotografía, como expone el documentado profesor.
A ello, evidentemente, hay que añadir la muestra de la riqueza que se conforma en todo el amplio contenido que converge en el traje típico de Montehermoso, considerado, desde siempre, como una joya de señalado relieve, que goza de una gran admiración así como de un más que manifiesto prestigio, en todo el mundo, por su realce, por los elementos que lo conforman y, también, por la hondura y la belleza que destacan en todas y cada una de las piezas de la indumentaria que lucen las montehermoseñas.
Otra fotografía de manifiesta importancia, de todas las que aparecen en el contenido libro «Lírica Popular de la Alta Extremadura«, es la que figura a la izquierda de estas líneas y en la que aparece el tamborilero Antolín Garrido Iglesias, natural de la localidad cacereña de Montehermoso, y con el que el investigador folklórico cacereño, Manuel García-Matos, aprendió a tocar la flauta o gaita  y el tamboril y que ya, en aquel entonces, cuando la publicación del libro, el autor consideraba el mejor tamborilero extremeño.
A esas alturas,. año 1944, cuando la aparición del libro citado, Manuel García-Matos, que también enseñó, asimismo, las artes musicales y rítmicas de la gaita y del tamboril, con numerosas canciones e interpretaciones cacereñas, subraya del flautista y tamborilero montehermoseño Antolín Garrido Iglesias, que también tuvo como discípulos, asimismo, a numerosos tamborileros de diversas localidades, preferentemente del norte de la provincia de Cáceres, subraya que «es el tamborilero mejor de toda Extremadura, no solo por el excelente repertorio folklórico, que conoce, de magnífica calidad, como también por ser un perfecto y acabado ejecutante». 
Entre esos alumnos de Antolín Garrido Iglesias figura y destaca Argimiro Quijada Pulido, otro extraordinario y muy reconocido tamborilero y flautista, asimismo montehermoseño,
Todo un ejemplo, pues, el de Antolín Garrido Iglesias, y que divulgó, de forma magistral, nuestro folklore, dejando  numerosas semillas en ese aprendizaje que mostró a diversos tamborileros y gaiteros cacereños.
La tercera de las fotografías se corresponde con la de una pareja de jóvenes ataviados, asimismo, con la hermosa indumentaria popular y típica de Montehermoso.
 
Manuel García Matos, (Plasencia 1912-1974), ha sido el máximo exponente del folklore cacereño en el transcurso de una vida entregada por completo a las canciones y danzas de la Alta Extremadura, y, también de España.
 
Un día cualquiera, Manuel García-Matos, de buena amistad y relación con mi padre, me confesó en TVE que cuando se dió cuenta en plena juventud del abandono casi absolutamente total en el que se encontraba el folklore cacereño, con grave riesgo de desaparición, y también en otros lugares de España, se encerró su despacho un largo tiempo y diseñó todo un proyecto con el que, afortunadamente, obtendría señeros y muy cualificados logros en el panorama folklórico cacereño y extremeño, como fue el de su resurgimiento.
 
En 1929, con tan solo 17 años, puso en marcha la Coral Placentina y en el año 1935 los Coros Extremeños de Plasencia, en 1935, con su trabajo titulado “Escenas de Domingo”, con una coreografía creada, diseñada y montada por el mismo.
 
Musicólogo, Premio Nacional de Folklore en 1945, catedrático de Folklore en el Conservatorio de Madrid, colaborador del Instituto Español de Musicología, miembro del Comité Internacional de la UNESCO, Asesor de la Sección Femenina…
 
Recopiló cientos de canciones extremeñas como “El Pájaro ya voló”, “Abre la ventana”, “Santu Pablo”, “Que sonaba la campanillina”, “Aquel pino que está en el pinar” y danzas como el “Baile del Pollo y la Pata”, “Las Jotas Cruzadas”, “La Vitorina”, “La Pandereta”, «La Jota del Candil”, “Las Rondeñas”, “Sones brincaos”, “El Pindongo”, “Sones llanos”… Y en base a todo tipo de muestras como Canciones de Quintos, Religiosas, de Cuna, Alboradas, Aceituneras, de Siega, de pimentera, rondeñas, de Nochebuena, de faenas…
 
En 1961 publicó la «Magna Antología del Folklore Musical de España”, con el patrocinio del Consejo Internacional de la Música, perteneciente a la UNESCO, y de extraordinario éxito.
 
La ciudad de Plasencia le recuerda hoy como Hijo Predilecto y, también, con una estatua en la Plaza de la Catedral Vieja.
 
Por su parte la Junta de Extremadura creó en su día el Premio «García-Matos» a la investigación y el estudio del folklore y el mismo y el mismo presta su nombre a dos sendas calles en Plasencia y en Badajoz.
 
CACEREÑEANDO, EL BLOG DE JUAN DE LA CRUZ
NOTA: Para más información puede acudir al trabajo «GARCIA-MATOS, LA DEFENSA DEL FOLKLORE«, publicado en este mismo Blog.

 

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