En aquellos tiempos, hace ya unas décadas, la Fábrica de Productos «La Gorra», de La Vera, dedicada a la producción y exportación de pimentón, higos y miel, toda una gran y muy sugestiva delicia de la gastronomía extremeña, presentaba en sus envases, de forma muy acertada, esta curiosa etiqueta, haciendo honor al nombre de la empresa.
El dueño de la misma, instalada en la ciudad de Plasencia, capital del Jerte, el empresario Gabriel Mateos Alvarez, mostraba, de esta forma, su gusto por el bienhacer enriqueciendo, al tiempo, la imagen de la siempre llamativa «gorra» que sobresale, por su gran belleza y llamativa originalidad, en el conjunto de toda la indumentaria típica y popular de Montehermoso.
Una población, la de la localidad cacereña de Montehermoso, que es conocida desde hace largo tiempo como: «Cuna del tipismo extremeño«.
Toda una denominación de gran enjundia y calado que honra a la población montehermoseña, a la provincia de Cáceres y a la región extremeña, al contar con uno de los trajes populares y tradicionales de mayor riqueza y belleza, y siendo muy admirado y exaltado en todo el mundo.
Una curiosa estampa, la de la etiqueta de los productos veratos de «La Gorra«, que se viene a unir a las numerosas láminas, fotografías, estampas, tarjetas postales, dibujos, cromos y otra variada muestra del traje popular cacereño por excelencia.
NOTA: Gabriel Mateo Alvarez fue miembro del Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio, a lo largo de numerosos años, según información de nuestro querido amigo Teófilo Amores Mendoza, . Un hombre, Gabriel Mateos Alvarez, que, según Amores Mendoza, supuso toda una personalidad de relieve en el panorama de la Cámara de Cámara de Comercio de Cáceres y que, asimismo, se distinguió por su inquietud en la actividad y en la dinámica de los horizontes y expectativas y de la lucha en defensa, siempre, de la realidad y el futuro económico-industrial cacereño.
Muchas gracias, estimada Lola, por esa aportación de relieve en torno a mi trabajo y que desde esa atalaya ha llegado, ni más ni menos, que hasta la riqueza de la Matanza Extremeña, siempre tan tradicional y entrañable, mientras la memoria se eleva por los aires para llegar hasta la más pura raigambre de aquella tradición que, sin embargo, lamentablemente, se va perdiendo a medida que pasa el tiempo. Un abrazo.
Al hablar del pimentón,vienen a mi memoria recuerdos de las tradicionales cionales mattanzas y sus preparativos: Machar ajos, cocer patatas, fregar calderos, llares,artesas,trebedes.Olor a pimentón y ajos por toda la casa y a lumbre y taramas quemadas en el corral.La mañana gélida y el humo que parecía dormido sobre los tejados.