JUAN CRUZ SAGREDO, UN PECULIAR TAMBORILERO Y FLAUTISTA

Juan Cruz Sagredo, natural de la localidad cacereña Piornal, fue un peculiar y curioso pero muy significativo tamborilero y flautista, o gaitero, cacereño, que, rompía, en cierto modo, con la tipología habitual de los flautistas y tamborileros.

Juan Cruz Sagredo, (Piornal, 1930- Salamanca, 1992) desde muy pequeño, aprendió a gozar y a disfrutar con toda clase de instrumentos musicales que llegaban sus manos como la bandurria, el laud, o el acordeón, y con cuyos rasgueos, compases e interpretaciones disfrutaba en todo momento.

Hijo de Máximo Cruz Rebosa, maestro nacional, y de Pastora Sagredo Herrero, recibió en la Escuela de Piornal las primeras nociones en el aprendizaje de los tiempos. Y, posteriormente, realiza el bachiller de siete cursos y la Reválida, por libre, estudiando en Piornal y examinándose en Cáceres mientras compatibilizaba también sus estudios con los de Magisterio.

Más tarde su sueño agrícola y ganadero de siempre le lleva a estudiar Veterinaria en la Universidad de Madrid. Una vez finalizada la carrera obtiene el número 1 en las oposiciones  del Cuerpo Nacional de Veterinarios. Y, sucesivamente, pasa por Badajoz, como adjunto del Jefe de Ganadería, por Salamanca y Orense.

En ese intervalo, ya en 1956, se casa con Mary Cruz Soler García, con la que tiene ocho hijos. Y, precisamente, en la celebración del nacimiento de su hija Pastora, con la presencia de un tamborilero y flautista de la localidad cacereña de Cabrero, Juan Cruz muestra tal entusiasmo por el sonido de ambos instrumentos, que un amigo de toda la vida, Acacio, agricultor, procede a regalarle una gaita.

Juan Cruz Sagredo ya estaba en Salamanca y contaba los cuarenta años largos. Lo que no obsta para hacer una prueba de amor propio y aprender a tocar la gaita y el tamboril. Y entre ensayos de sus conocimientos musicales, sus viajes hasta el pueblo de Cabrero y aprender de otros gaiteros logra ir destacando con ambos instrumentos, en base al esmero que desarrollaba en el aprendizaje de estos instrumentos musicales, típicos y populares, Y en cuya perfección fue creciendo, paulatina y de forma constante y apasionante, de la mano de pastores, tamborileros y gaiteros más mayores y que, en aquellos tiempos, abundaban en la zona norte de la provincia de Cáceres, y cuya geografía se recorrió en numerosas y continuadas ocasiones gracias a sus inquietudes folklóricas y que llevaba a cabo, claro es, acompañado de sus sempiternos instrumentos, como eran la flauta y el tamboril, que tocaba con frecuencia en numerosas ocasiones, actos y fiestas.

De este modo Juan Cruz Sagredo va avanzando en sus dinámicas profesionales, siendo profesor universitario en la Facultad de Ciencias Biológicas de Salamanca y diputado provincial Al mismo tiempo mostraba la mayor inquietud por la recopilación permanente de canciones, jotas, tonadas, rondas y otras músicas populares altoextremeñas, que incorporaría, poco a poco, a su amplio repertorio musical y folklórico de la provincia de Cáceres junto a las de Salamanca y de Zamora.

Juan Cruz Sagredo era, pues, un tamborilero y gaitero, señalemos que atípico, y que rompía y cambiaba, en cierto modo, el arquetipo habitual en torno a los tamborileros y flautistas o gaiteros de la geografía cacereña, extremeña y española. Como lo demuestra y deja constancia el que siguió con su afición, entre enseñanzas y prácticas que no solo no abandonaba, sino que seguía practicando intensamente. Algo que le honraba y de qué manera como personaje apasionado por la sensibilidad folklórica.

Cordial y agradable, entusiasta del folklore, amigo de la charla y de la tertulia, llegó a ser Doctor en Veterinaria, delegado Provincial del Ministerio de Agricultura en Salamanca, profesor en la Universidad, Académico de la Real de Medicina de Salamanca, ganadero, Comendador de la Orden Civil del Mérito Agrícola, Caballero de Yuste… Juan Cruz Sagredo también llevó a cabo, en numerosas ocasiones, el camino de la histórica trashumancia, siempre de singular belleza, con sus reses vacunas, llegándose hasta el norte del Lago de Sanabria en la provincia de Zamora.

Y, siempre, continuó, sin embargo, al mismo tiempo, con su gran pasión folklórica, llegando a grabar cuatro discos L.P., en la década de los setenta, lo mismo que. entre esfuerzos y con una extraordinaria voluntad, llegó a poner en marcha la Escuela de Tamborileros de Salamanca.

Asimismo es de destacar en este recorrido sobre Juan Cruz Sagredo que el mismo también grabó diversos discos L.P. sobre el folklore serrano de las provincias de Salamanca y Zamora con numerosas interpretaciones de charradas, boleros, romances, picarescas y religiosas.

Cada vez que tenía ocasión se vestía con la indumentaria típica y tomaba parte, en numerosas fiestas populares de la provincia de Cáceres y de Salamanca, pregonando los sones populares por las callejuelas y plazoletas de los pueblos en ferias y durante sus festividades populares.

Asimismo llevó a cabo la tesis doctoral sobre “La cabra retinta cacereña”, que publicaría años después. y también es autor del libro “El toro de lidia en la biología, en la zootecnia y en la cultura”.

Entre las interpretaciones folklóricas cacereñas que nos legó, y que fueron grabadas en la casa discográfica Columbia, figuran “Jota picada”, de Piornal, “El Perantón” y “Jota de Petenera”, los pasacalles “El pájaro” “Era de nogal”, el picao “La pájara pinta”, las rondas “Te ví esta mañana”, “En la esquina de tu calle”, “Que la culpa de todo”, “Y lo que tenía”, , el toque de misa “El ermitaño”, el romance “La primavera”, las alboradas “Los labradores” y “Adiós morena”, la rosca “La rosca de Piornal” o las canciones de boda “La manzana” y “La bella flor”, con esa letrilla, ésta última, que dice:

Qué contenta está la novia,

porque tiene cama nueva,

está más contento el novio

porque va a dormir con ella…

 

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