Tiempo de Fiesta en la localidad cacereña de Pozuelo de Zarzón. Se celebra el Día de la Patrona, la Virgen de la Encina, en la ermita del pueblo, Santa María de nombre, a kilómetro y medio de distancia de la población… Y con su Orquesta y animador, como debe de ser.
Una festividad, en el municipio de Pozuelo de Zarzón, que como sucede en todas partes, se cuaja de bullicio llamando a la participación de todos los lugareños y hasta de los foráneos que se acercan hasta la villa. Los mayores se llegan hasta la ermita, a lomos de los burros, con las cestas de mimbre y calderos repletos con la comida y la bebida, a fin de darle darle gusto al cuerpo, mientras que los más jóvenes, plenos de vitalidad, lo hacen caminando, entre canciones, saltos, chanzas y alientos de unos a otros, acompañando a la Virgen y echando la bandera de rodillas, cuajando sus artes en esa competición folklórico-artística que, de siempre, acaecen en tantas modalidades. Eso sí, la Orquesta, siempre, con su animador.
La Fiesta, que tiene lugar allá, cuando llega el segundo lunes posterior al domingo de Resurrección, hay procesión hasta la ermita, con las pujas correspondientes y la celebración de la misa. Siempre, claro es, con el Canto típico del Ramo por parte de las mozas municipio.
En el programa, entre los actos religiosos, festivos y profanos, en medio de la mayor hondura y diversión, diríase que por parte de todo el pueblo cacereño, también, claro, sobresalen, y con qué fuerza los bailes populares, con las jotas y las charrás.
Con los participantes ataviados con los trajes típicos. En las mujeres: «Medias bordadas, zapatos negros, sayas de paños de colores y bordadas, mantones negros, mandiles con encajes y lentejuelas, jubón de seda, pañuelos de los hombros de cien colores, cobija a la cabeza…».zapatos negros de paño, jubón de seda, pañuelos de cien colores…».
Y los mozos: «Calzón corto o bombacho, polainas de paño o medias negras bordadas, chaleco con doble botonadura artística, faja de paño de color, sombrero…».
… Y, camino de la festividad, allá que marcha, como señala con extrema y llamativa curiosidad y detalle, el pie de la fotografía, «La Orquesta con su animador», a los acordes y el ritmo de la flauta y el tamboril, tan cacereños, que darán rienda suelta para que la mocedad se explaye con los aires populares y típicos de la localidad olivarera por excelencia.
Que tras la función religiosa, el cuerpo, posteriormente, se expanda y relaja, y. dan paso a una buena comida donde no han de faltar los sabrosos pinchos de chorizo y queso de la tierra. Y, si hay suerte, habrá, luego, migas con manteca, caldo de patata, gazpacho de poleo, moje de aceitunas… Y para que la comida pase sin problema por el gaznate abajo, se echa mano del roscotel. Un rico compuesto de vino, azúcar, zumo de limón, agua y huevos…
Que las campanas, amigos tocan a diversión, en honor de las fiestas de la Patrona, y hay que incrustarse en el espíritu festivo costumbrista y popular de Pozuelo de Zarzón.
Fuente: Valeriano Gutiérrez Macías, Revista de Estudios Extremeños. (POR LA GEOGRAFIA CACEREÑA).
P. D. La fotografía fue facilitada, allá por el año 1963, por don Elías Sánchez Gil a Valeriano Gutiérrez Macías.
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