LA PRIMERA FOTOGRAFÍA DE JAVIER EN LA REVISTA «ALCANTARA» (1949)

Allá por 1945 un grupo de intelectuales cacereños, Tomás Martín Gil, Fernando Bravo y Bravo, José Canal Rosado y Jesús Delgado Valhondo, tras numerosas charlas alrededor de sus inquietudes decidieron lanzar la revista cultural «Alcántara», con fecha de salida el 15 de octubre de ese mismo año.

javier-alcantara1Un compromiso, para ser justos, de notorio relieve. Y, más aún, en Aquellos Tiempos en los que la misma se puso en marcha con el objetivo de tratar de exaltar el panorama de las dinámicas culturales en Cáceres y Extremadura.

En su primer número la dirección de la revista publicaba desde la modestia y el reto, en la última página, un suelto o pequeña información denominado «Cortesía«, confesando que «Alcántara» nació «para servir de vehículo entre los amigos de las letras y de España y de Extremadura«. Asimismo señalaba: «Somos pobres, quizás demasiado pobres; pero ello no es tacha ni vilipendio. Nuestras únicas riquezas son el entusiasmo y el fervor«.

Cuatro años después, con motivo de la puesta en marcha de la sección «Album Extremeño» y de la incorporación, también, de fotografías a la revista, comienza a colaborar en la revista ese genio artístico denominado Javier García Téllez, conocido popularmente como Javier, a secas.

Y ésta que veis aquí es la primera fotografía que apareció en la revista «Alcántara«, en su número 16, con fecha 28 de febrero de 1949. Incorporándose, de este modo, la fotografía a aquel puñado de crónicas culturales, de artículos, de reportajes, de poemas, de cuentos, de reflexiones, tratando de sembrar la semilla de la sensibilidad cultural. Un gran gesto y, al tiempo, una gran gesta. ¡Chapeau, pues, por Tomás Martín Gil, Fernando Bravo y Bravo, José Canal Rosado y Jesús Delgado Valhondo.

Una figura de gran importancia en la fotografía y en Cáceres. Hoy cuenta hasta con el nombre de un Instituto. Y del que relatan las hemerotecas que casi de siempre, tuvo un laboratorio, taller y tienda en la histórica y cacereñeadora calle de Pintores (que también recibió a lo largo del tiempo, las denominaciones de Alfonso XIII, de Pablo Iglesias, de Generalísimo Franco) para volver, afortunadamente, al nombre con el que ya aparecía la misma en las páginas de la hemeroteca, allá por el siglo XVI.

Javier fue, es, será, siempre, toda una institución en Cáceres.

En el retablo, elaborado en madera de nogal, destaca una imagen de la Virgen con el Niño y, claro es, la imagen de Santiago dirigiendo a las huestes cristianas ante los infieles, es obra de Alonso de Berruguete, uno de los máximos exponentes manieristas, y de sus discípulos, que tuvieron que acabar la misma tras el fallecimiento del mismo 1561. El autor cobró 3000 reales de la época.

La obra, desde el taller vallisoletano hasta Cáceres, fue conducida por 16 carretas y 40 bueyes, sufriendo señalados desperfectos en el camino por culpa de las lluvias y procediendo a llevarse a cabo complejos trabajos para su ensamble.

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