LA SEMANA SANTA DE CACERES, ENTRE LAS MAS APASIONANTES DE ESPAÑA

La Semana Santa de Cáceres es y resulta, sencillamente, impresionante. Todo un rito de celebración acorde con los pasos de una larga historia y tradición.

 

Cristo de los Estudiantes, por Alfonso Polo Haccart.

Y ahora, Viernes de Dolores, los pueblos y ciudades de España, en sus cuatro puntos cardinales, se preparan para la celebración de la Semana Santa, a caballo entre el fervor y la tradición…

El periódico «El Mundo«, en su edición de hoy, sitúa en portada un reportaje titulado «LAS SEMANAS SANTAS MAS APASIONANTES DE ESPAÑA«.

Todo un recorrido por el hechizo fascinante y el misterio solemne que pervive en medio de la participación popular.

En el mismo se expone la sensibilidad histórica y participativa de la Semana Santa de Sevilla, todo esplendor, la austeridad y recogimiento en los desfiles procesionales de Zamora, la magnitud de las estaciones penitenciales de Málaga, que rompe entre saetas y aplausos a los tronos imagineros, el recogimiento en Medina de Rioseco, la hondura de los pasos por el recinto amurallado de Avila, las procesiones toledanas entre cirios y hachones, el recorrido procesional por las colinas del Sacromonte granadino…

Cristo de las Batallas, por Fernando Montes Macías.

Y, entre esas Semanas Santas más apasionantes de España, claro es, figura la de Cáceres.

Semana Santa, la de Cáceres, de Interés Turístico Internacional, de sensibilidad impecable, de rigor con los pasos de una tradición que sobrevive, cada día con mayor y mejor relevancia, por la calidez del sentido participativo, por la relevancia popular, por su simbología, por el escenario y los escenarios. Imponente e imponentes.

Una Semana Santa todo relieve, todo corazón, todo esmero, todo capacidad de superación, entre redobles de tambores, cantos de saetas, pasos de silencio, golpeteos de horquillas en la alta madrugada por los Adarves…

Semana Santa de Cáceres cuya mayoría de desfiles, caminan, a hombros de sus cofrades, entre bellezas y pasiones, se llevan a cabo por el Casco Histórico-Monumental, Patrimonio de la Humanidad. Lo que aporta un realce de esplendor.

Y todo ello en medio de una impresionante belleza y relieve, desde la sensibilidad y profundidad de todo un pueblo, el de los hombres y mujeres de la ciudad de Cáceres, que participan y viven, con autenticidad, el hechizo, mágico, de la Semana Santa en todo su esplendor.

Cáceres, sencillamente, en el magno desfile de la Semana Santa, de su Semana Santa.

Cristo Negro, del periódico «El Mundo».

Una Semana Santa de luz y de hondura, arraigada en la sensibilidad de los cacereños, y que alcanza uno de esos momentos de mayor relieve cuando en la medianoche del Miércoles desfila por las callejuelas y plazoletas del recinto amurallado el Cristo Negro. Una talla del siglo XIV, de sublime belleza y perfección en su imaginería, y cuyo desfile procesional, en el origen medieval, se lleva a cabo con un silencio que retumba de hermosura en la noche semanasantera cacereña.

«El Mundo», tras señalar que la tradición se remonta al siglo XVI, añade: «El Viernes Santo, el día grande, transcurren seis comitivas: dos de madrugada (la de Jesús Condenado y la de Jesús Nazareno), dos por la mañana (Procesión de la Expiración y la de los Estudiantes) y otro par por la tarde (la Ceremonia del Descendimiento y la del Santo Entierro)«.

Y finaliza: «De todas ellas, destaca la bonita Ceremonia del Descendimiento, protagonizada por la Cofradía de la Soledad, fundada en 1470, que retoma este acto que antaño se organizaba en la ermita del Calvario, situada en el monte del mismo nombre a las afueras de la ciudad. Allí, en los riscos, la imagen articulada del Cristo Yacente (del siglo XVI y autoría anónima) era desclavada de la cruz por dos sacerdotes mientras un fraile predicaba el Sermón de las Siete Palabras. Posteriormente, tras introducirla en una urna, bajaba en procesión a la ciudad, acompañada de la Virgen de la Soledad, vestida de luto. Hoy, esta escenificación se lleva a cabo en la plaza de San Pablo, junto a San Mateo (18.30 h.)«.

María Santísima de la Esperanza.

Toda una Semana Santa de esplendor y belleza, la de Cáceres, en una bellísima ciudad, Patrimonio de la Humanidad. Una ciudad que durante estos días se llena de pasos y desfiles procesionales, de estaciones penitenciales, de nazarenos y austeridad, de saetas, de gentío arremolinado, sobre todo en los enclaves de la Ciudad Medieval, de silencios, y, al tiempo, de bandas de tambores y cornetas, con Vírgenes y Cristos de una rica y variada expresividad, de cualificados imagineros, de señaladas estampas, de marcado fervor popular en base a una historia tradicional…

Toda una Semana Santa que se expande a través de una muy amplia participación de cacereños y visitantes, en medio, siempre, de la más ferviente admiración ante los pasos y tronos que desfilan entre el sábado de Dolores y el domingo de Resurrección imprimiendo, de año en año, más sensibilidad y belleza a la Semana Santa de Cáceres.

Toda una marca de identidad, un símbolo y un icono dentro del panorama histórico-tradicional de la ciudad de Cáceres, que cada día se enriquece más y más con una Semana Santa en la que, de uno u otro modo, tratan de participar todos los cacereños con lo mejor que llevan en su interior en pro de una Semana Santa de lujo.

Una Semana Santa, la de la ciudad de Cáceres, que se conforma, sencillamente, como una de las más apasionantes de España.

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