«MUJER CON MANTILLA» (PRINCIPIOS DEL XX)

Mujer con Mantilla. Una fotografía de principios del pasado siglo, firmada por la Sociedad Artístico-Fotográfica Cacereña.

 
Mujer con Mantilla, de la Sociedad Artístico-Fotográfica de Cáceres, a principios del siglo XX.

Y es que el año 1900 dos fotógrafos geniales, Julián Perate Barroeta (Guadalajara, 1869-1931), y Gustavo Hurtado Muro (1878-1960), hijo de Publio Hurtado, decidieron poner en marcha la misma.

El domicilio se encontraba en Puerta de Mérida, 2. Y el esfuerzo, inquietudes e iniciativas que ambos llevaron a cabo. de forma esforzada, posibilitaron prestaron un señalado impulso a la dinámica del arte fotográfico en Cáceres.
 
Esta «Mujer con Mantilla» se conforma como una de las primeras y más señaladas muestras que salieron de aquel estudio preñado de sensibilidades y que figura, por derecho propio, en los senderos, caminos y vericuetos que se conforman en la trayectoria de la historia de la fotografía en la ciudad de Cáceres.
 
Julián Perate, que llegara en su día desde su Guadalajara natal, también profesor de Dibujo, presta su nombre y apellidos a una calle en Cáceres.
Por su parte Gustavo Hurtado Muro, fue catedrático de Dibujo en el Instituto General y Técnico, también en la Escuela Normal de Maestros, miembro del Ateneo, concejal y diputado provincial.
Previamente, en su tiempo, y, posteriormente, la ciudad de Cáceres contó con un largo listado de prestigiosos fotógrafos. Los nombres de François Capdevielle, Vicente Fonseca, Rafael Lucenqui Martínez, también pintor y escultor, autor del cuadro «Virgen de la Paz», C. Prado, Javier García Téllez, Hermanos Carpintero, son algunos, tan solo, de los muchos ejemplos que figuran en las páginas de ese libro de la fotografía en Cáceres.
François Capdevielle, por ejemplo, dejó una extraordinaria saga artística detrás, como son los casos, por ejemplo, de la investigadora y folklorista Angelita Capdevielle y el pintor, caricaturista y dibujante Lucas Burgos CapdevielleRafael Lucenqui Martínez también presta su nombre a una calle en Cáceres, Javier García Téllez se encuentra inmortalizado al dar su nombre a un Instituto cacereño…
Un arte, el de la fotografía, al que se entregaron al máximo. Lo que hoy, con el paso del tiempo, es muy de agradecer.

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