PABLO PLAZA, UN GOBERNADOR DE PRINCIPIOS DEL XX EN CACERES

Pablo Plaza Ruiz, Gobernador Civil de Cáceres durante el breve período de seis meses, desplegó una intensa actividad en el cargo, y fue retratado por el pintor cacereño Conrado Sánchez Varona.

Pablo Plaza, en fotograíía de 1915.

Aquellos tiempos, los de comienzos del pasado siglo XX, resultaban muy convulsos en el panorama político. De tal forma no resultaba demasiado fácil la perdurabilidad  de los Gobernadores Civiles en su cargo. Como es, por ejemplo, el caso de Pablo Plaza Ruiz al frente del de Cáceres en aquellos principios del siglo XX.

Los mismos llegaban a sus destinos, se entregaban a los azares, labores y menesteres de la vida pública, con tantos ajetreos, dificultades, sociales, laborales, económicas, humanas, pulsos y complejidades políticas, por lo que dependían en su cargo de una larga serie de circunstancias.

Pablo Plaza, natural de Alcolea de Calatrava, en Ciudad Real. Canalejista de pro, abogado por la Universidad de Madrid, con ambición legítima y propia en la vida política, fue nombrado el 26 de julio de 1906 Gobernador Civil de Cáceres. Contaba, ya, en aquel entonces, 50 años y llevaba 20 de diputado.

Con motivo de su nombramiento se podía leer en el periódico «El Norte de Extremadura» que «la gestión de nuestro amigo será altamente beneficiosa para la provincia de Cáceres, que hasta ahora fue víctima de la intriga y el nepotismo«. Y con su llegada, se añade, «en el Palacio Provincial sentarán sus reales la justicia, las persecuciones desaparecerán radicalmente, las reclamaciones de los pueblos serán atendidas, los ruegos del proletario serán tenidos en cuenta, y todos los actos y acuerdos gubernativos llevarán siempre el sello de la más pura equidad…«.

Una ciudad, que le acogió con gran entusiasmo, al menos entre las filas canalejistas, que en Cáceres dirigía el senador José Trujillo Lanuza, que fuera alcalde. Si bien desde el área «chavista«, como se conocía a los partidarios de Juan Muñoz Chaves, se quejaban, incluso, desde su órgano informativo, «El Noticiero«, de que no se les informara de su llegada a la provincia. A lo que, por cierto, «El Norte de Extremadura» respondía y especificaba, al respecto, que su llegada la sabían «hasta Antonio Mena, dueño del aguaducho de la Plaza Mayor, varios trasnochadores que tomaban el fresco, y el vate Tovar, pregonero de la llegada del señor Plaza«.

Asimismo “El Norte de Extremadura” destaca de Pablo Plaza su condición de hombre ilustrado, su caballerosidad y honradez, su seriedad como político, su rectitud en el obrar y su independencia de criterio, por lo que mereció siempre la consideración y respeto de amigos y enemigos. También se deja en el medio la definición de Pablo Plaza Ruiz como demócrata de convicciones arraigadas.

Pablo Plaza en el día de su boda con Casilda Sánchez García, en 1895.

A su llegada a la estación en el tren correo de Madrid fueron a recibirle las más altas instancias del Partido Liberal Democrático en Cáceres, como Eladio Rodas, Narciso Juanals Francisco Cruz Quirós, entre otros, así como Magín de Castro, gobernador civil interino, tras la marcha de Luis Domenech, anterior titular del Gobierno Civil cacereño.

En la prensa cacereña se señala también, a su llegada a capital, que Pablo Plaza Ruiz «viene animado de un recto espíritu de justicia». Y se añade, asímismo: «Claro es, lo primero que debe hacer y seguramente hará Pablo Plaza, es deshacer todo aquello que tal vez contra su voluntad y deseos hicieron sus predecesores en el Gobierno«.

Un capítulo, por cierto, de manifiesto interés por cuanto se lee: «Los abusos, los atropellos, las coacciones, los escándalos, la venalidad, todas las malas artes puestas en juego, para llevar a cabo una intriga odiosa, deben enmudecerse con prudencia, con cordura y equidad, pero sin indecisiones, sin miedos ni temores«.

No pareciera tenerlo muy fácil, por lo que se deduce, el amigo Pablo Plaza. Más aún si tenemos en consideración que, a continuación, se señala en el periódico «El Norte de Extremadura» lo siguiente: «Esperemos que, por una vez, la primera autoridad civil de la provincia inspirará sus acuerdos en el bien de la serenidad, del pueblo, no en interés de un cacique conculcador de la ley y detentador de ajenos derechos«.

Así que Pablo Plaza Ruiz se puso, como era su obligación y responsabilidad, manos a la obra. Y entre recibir visitas de autoridades, representaciones de entidades y pueblos, dirigentes de los más variados estamentos y ámbitos sociales y profesionales, asociaciones diversas, viajes por municipios de la provincia y una amplia variedad de gestiones se le escapaba el tiempo en Cáceres.

Como las que venían a representar, por ejemplo, las de mantener las mejores relaciones con sus correligionarios, guardar las formas con la oposición, intervenir en las desavenencias entre la sociedad de obreros albañiles y patronos, defender las ayudas a la Sociedad de Socorros Mutuos, junto al obispo, Ramón Peris Mencheta, conseguir el Ensanche de la Estación, gracias al ímprobo trabajo de José Trujillo Lanuza, inaugurar “en nombre de Su Majestad el Rey, que Dios guarde”, el curso escolar en el Instituto, «incubador de sabios y artistas«, organizar el dispositivo de seguridad de la romería en honor de la Virgen de Guadalupe, viajar a la Villa y Corte madrileña en virtud de sus funciones, autorizar batidas de lobos en áreas de abundante peligro para determinados municipios, como es el caso de Aldeanueva de la Vera, Jaraiz de la Vera, Talaván, Robledillo de Gata, Losar de la Vera “a fin de tranquilizar a los habitantes de aquellos términos que, como es natural, no están tranquilos con la vecindad de tan hambrientas bestias”, tratar de solventar algunos casos de viruela en algunas localidades, prohibir la caza con el hurón…

Entre sus ocupaciones y tareas también figuró el asistir a una gran cena en casa de José Trujillo Lanuza, que fuera alcalde de Cáceres y senador, con D. José Sánchez Ramos, ilustre y opulento español, residente en México e hijo político del ex presidente de dicha república, D. Benito Juárez, junto la compañía de Luis Grande Baudesson, Eloy y Andrés Sánchez de la Rosa y otros destacados hombres públicos de Cáceres.

Al día siguiente estuvo presente con los mismos en la corrida grande del 8 de septiembre, en la que hicieron el paseíllo los matadores y cuadrilla de Antonio Fuentes y Ricardo Torres, alias Bombita, que despacharon seis toros de la ganadería de los hermanos García Becerra, que, según firmaba Esteban, en el periódico ABC, «han hecho una brava pelea en varas, matando doce caballos. A los otros tercios han llegado bravos y nobles«. Fuentes y Bombita lucidísimos toreando en banderillas. Con el estoque también superiormente siendo ovacionados con gran entusiasmo«.

Retrato de Pablo Plaza pintado por Conrado Sánchez Varona.

Su presencia, sus relaciones sociales y es de suponer que la entrega de su labor y también de su compromiso debió de calar de modo señalado en la provincia de Cáceres hasta el punto de que un pintor del prestigio de Conrado Sánchez Varona, uno de los más relevantes y notorios, a lo largo de la historia de la pintura regional extremeña, procedió a elaborar un muy cuidado y acertado retrato, que hoy guarda entre sus joyas, su bisnieta Teresa Plaza, en su domicilio de Sevilla, tal como podeis ver a la izquierda de estas líneas.

Asimismo, revisando la prensa del Cáceres de Aquellos Tiempos, bajo la regiduría del Gobernador Civil don Pablo Plaza Ruiz, también podemos observar que nuestro señor gobernador tuvo tiempo para asistir a una diversidad de actos propias del cargo que ostentaba.

Lo mismo que hasta efectuó un viaje vacacional a su pueblo natal de Ciudad Real. procedió a curarse, durante su estancia en la provincia cacereña, de la dolencia de un pie, ordenó, también, un cacheo “que dio magnífico resultado, pues se recogieron muchas armas a los individuos de conducta sospechosa”, e, igualmente, procedió a abrir un Registro para la reforma del Servicio de Mozos de Cuerda, bajo la inspección del Sr. Martínez. 

Un trabajo, pues, que, entre unos y otros cometidos y responsabilidades, no le dejaba un minuto libre.

Pablo Plaza, segundo por la izquiersa, sentado, como Gobernador Civil de Albacete.

Ya, en fecha 17 de enero de 1907, cuando Pablo Plaza había tomado la medida a la provincia, por esos azares de la vida se despidió de la provincia camino del Gobierno Civil de Avila para, en 22 de febrero de 1910, acceder al de Albacete.

El mismo presta hoy su nombre a una de las calles principales en su localidad natal y que es en la que tenía el domicilio familiar. Dicha casa es conocida en Alcolea de Calatrava como la Casa del Diputado.

NOTAS:

1.- La primera y segunda fotografía han sido facilitadas por Gonzala Plaza Serrano, coordinadora del libro “Historia en Imágenes. Alcolea de Calatrava”.

2.- La tercera fotografía es del retrato de Pablo Plaza Ruiz, durante su etapa como Gobernador Civil de Cáceres, en obra del prestigioso pintor extremeño Conrado Sánchez Varona, en fotografía cedida por su bisnieta Teresa Plaza.

3.- En la cuarta fotografía se ve a Pablo Plaza, ya como Gobernador de Civil de Albacete, segundo por la izquierda, junto al Gobernador Militar de Albacete y otras autoridades.

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