SAN PEDRO DE ALCANTARA EN LA PLAZA DE SANTA MARÍA, DESDE 1954

Esta impresionante fotografía de la estatua de San Pedro de Alcántara, ubicada en un lugar privilegiado como resulta el del esquinazo de la Concatedral de Santa María, aparece en el Proyecto del Plan redactado en 1961 sobre Cáceres.

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San Pedro de Alcántara, 1954, obra de Enrique Pérez Comendador en un esquinazo de la Concatedral cacereña.

Una estatua obra de un talento y una eminencia como la del prestigioso escultor cacereño Enrique Pérez Comendador (Hervás, 1900-Madrid, 1984), y que configuró y alzó hacia los cielos de su hondura expresiva y contemplativa, con su propio rostro como autor artístico y de inmensa fe, ya que, desde el principio del encargo para la realización de la obra, de señalada importancia, lo tomó como un autorretrato.

Dicho y hecho. Y, a partir de ese momento, Enrique Pérez Comendador se puso a trabajar con la mayor intensidad durante largo tiempo en una escultura que ya estaba destinada a pasar a la posteridad, acertadamente, por una larga serie de conceptos.

Entre otros considerandos:

1: Por el más que acertado lugar del emplazamiento, en uno de los rincones de mayor realce del Casco Histórico-Monumental de Cáceres.

2: Por la importancia y relevancia de la talla escultórica.

3: Por lo que significaría la misma en el transcurso del tiempo en el panorama del devocionario popular de la ciudad.

4: Por la cantidad de preces, de peticiones, de rogativas que se le dirigen por parte de todos aquellos cuantos la contemplan. Ya sean cacereños, ya sean visitantes de la ciudad.

Una estatua, pues, que, desde el mismo momento del nacimiento de la idea, ya habría de ir marcando una serie de pautas en la propia dinámica y tipología costumbrista-devocional de la ciudad de Cáceres.

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Bendición de la estatua de San Pedro de Alcántara en 1954 por Monseñor Antoniutti.

La misma fue bendecida el 10 de noviembre de 1954 por Monseñor Ildebrando Antoniutti, Nuncio del Papa en España. Una estatua que se conforma como una de las imágenes más veneradas por la devoción de todos los cacereños. Tal como se puede apreciar en el pulido de la punta de los dedos de los pies, por la cantidad de besos y del paso de miles de manos que claman por la ayuda del Santo.

Una tradición, con sesenta y dos años de antigüedad, que arrancó con el paso de los bachilleres del Instituto «El Brocense«, en busca de aprobados de las asignaturas y que fue corriendo de boca en boca, y extendiéndose, paulatinamente, en una esperanza a la hora de solicitar amores, de rogar por la salud de familiares y amigos enfermos, por el hallazgo de un trabajo, y, por tanto, por la consecución de aquellos anhelos, necesidades o inquietudes que atosigan y bullen en los adentros de cada uno de los mortales.

Hasta tal punto resulta así que son escasos, turistas incluidos, quienes al pasar junto al Santo no depositan una petición, una rogativa, unas preces, una mirada que transmite el deseo de alcanzar lo que resulta más bien complejo.

Una estatua, pues, marcada por la expresión de serenidad, de templanza, de recogimiento…. y, sobre todo, de una inmensa fe. Como la que se aprecia en la propia configuración de la imagen de San Pedro de Alcántara, y a quien la devoción popular le atribuye una señalada capacidad de milagrosa intercesión..

Y la historia, pues, de tantas y tantas demandas continúa adelante con su rango de tradición y creencia por la propia persistencia de la fe de cada uno de nosotros.

La obra de arte de Enrique Pérez Comendador, una persona de gran corazón y notorio relieve humanista, está esculpida en bronce, tiene una altura de dos metros y medio, se alza sobre un pedestal de granito y fue fundida en los Talleres Hermanos Codina de Madrid.

Allí está, siempre, de modo perenne, Pedro de Alcántara, patrón de Extremadura, que fuera amigo y consejero de Teresa de Jesús, y que fundó el Convento más pequeño del mundo, el del Palancar.

Señalar, por último, que San Pedro de Alcántara recibió en las aguas bautismales el nombre de Juan de Garabito y Vilela de Sanabria, fue fraile franciscano, beatificado por el Papa Gregorio XI y canonizado el año 1669 por el Papa Clemente XI.

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SAN PEDRO DE ALCANTARA EN LA PLAZA DE SANTA MARÍA, DESDE 1954 por JUAN DE LA CRUZ GUTIÉRREZ GÓMEZ se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

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