Allá por los años 60 y 70 del pasado siglo la Fábrica de Pipas Churruca decidió lanzar, seguramente por aquello de los recovecos y pulsos con y contra la competencia, un álbum denominado TRAJES REGIONALES DE ESPAÑA.
Y uno de sus cromos, claro es, se dedicó al Traje Típico de Cáceres, causando, lógico, el típico regocijo y comentario popular en los ambientes locales, elogiando la tipología del cromo con la pareja ataviada con los principales componentes de la indumentaria costumbrista cacereña, así como la originalidad del dibujo marcada por la sencillez de los rasgos y trazos. Una curiosa y llamativa estampa que cuenta, al tiempo, con una señalada expresividad en la moza y en el mozo, tal como parece apreciarse.
Seguramente resulta obvio señalar que muchos vinculan, enseguida, las pipas Churruca con el personaje de sus bolsas. Tito, un cocinero de blanco gorro. Aunque al principio, cuando se creó la fábrica, aparecía la figura de Cosme Damián Churruca, uno de los hérores de la Batalla de Trafalgar.
La empresa Churruca se puso en marcha gracias a una feliz iniciativa del matrimonio López Lluch, allá por el lejano año de 1932, que regentaba una carnicería, que se lanzaron con una fábrica de frutos secos y que, con el tiempo, se popularizó enseguida y alcanzando un lugar de relieve entre las fábricas españolas de frutos secos.
El caso es que de uno u otro modo Cáceres, esta vez a través de la representación del traje típico, gracias a Pipas Churruca, aparecía por numerosos escenarios del coleccionismo español de Aquellos Tiempos.