Allá por los años 40 del pasado siglo el escudo de Cáceres figuraba en una vitola de cigarros puros.
La vitola con el escudo de Cáceres aparece dentro de una colección con los escudos provinciales en cigarros puros, fue idea fue de Pedro Mónico Capote Lorenzo, (1899-1971), natural de la isla de La Palma, donde en 1923, tras haber estudiado la carrera de Administrador de Correos, puso en marcha una pequeña fábrica de cigarros puros a la que imprimió su primer apellido como nombre.
Lo que comenzó siendo un reto, con seis trabajadores, fue dando pasos de relevancia. Y de este modo en 1929 el mismo obtenía una distinción de tanta resonancia y consideración como suponía ni más ni menos que la Medalla de Oro de la Exposición Iberoamericana de Sevilla.
Ya el correr de 1930, con tan solo 31 años de edad, en base a su señalada política social, y habiendo alcanzado la cifra de 200 trabajadores en su empresa, fue distinguido con la Cruz de Caballero de la Orden del Mérito Civil.
Un día de los años 40, cuando su fábrica procedía a elaborar ni más ni menos unos 30000 puros diarios, Pedro Mónico Capote creó una serie de vitolas con el escudo de las provincias españolas. El número 10 de la misma se dedicaba al de Cáceres.
Imaginamos, claro es, que más de uno de nuestros antepasados, probablemente, se fumaría un cigarro puro de aquella tirada, y que la vitola, ay, que serviría de comidillas familiares y vecinales, dormiría en un espacio de recuerdos y, posteriormente, de olvidos.