Y, al fondo, la Ciudad Medieval de Cáceres.
Ya hemos escrito en otras ocasiones que «Cáceres es mucho Cáceres«, que «Cada piedra semeja un poema de historia de la historia» y que desde cada lugar, milímetro a milímetro, se puede obtener una instantánea, sencillamente impresionante. Y, además, diferente.
Y es que la hondura monumental de Cáceres, su Casco Histórico-Artístico, su Ciudad Medieval, se ofrece como un manantial de sugerencias. Como todos los días se nos muestra por las fotografías de ilustres compañeros, de las páginas de las hemerotecas… En sepia, en blanco y negro en color, con la imaginación para tratar de encontrar el encuadre más creativo.
Y, a la par, más sugerente y novedoso.
Allá por los años sesenta, cuando el El Brocense, siempre el Insti, ya había abandonado su viejo lugar de ensueño en la Plaza de San Jorge, por donde pasamos decenas de generaciones, y se trasladó a las orillas del Rodeo, por donde también pasamos muchos, que también inauguramos muchos y por cuyo Centro, un emblema y un icono de la ciudad, siguen pasando generaciones precedentes, un fotógrafo aragonés, con el prestigio a cuestas, se dio un garbeo artístico-fotográfico por Cáceres.
Se trataba de un tipo tan ilustre como bohemio, tan creativo como andariego por los caminos de España captando instantáneas que pasarían a libros, a carteles, a las campañas de la Dirección General de Turismo, a paneles de exposiciones, a sus archivos personales. Y, de paso, a la inmortalidad.
Su nombre: Luis García Garrabella, (1907-1977), que figura en el recorrido de los más prestigiosos fotógrafos españoles. Y que se dedicó, sobretodo, al trabajo de la fotografía y de edición de las mismas acerca de las estampas más atractivas y más sugerentes situadas en los parajes de los caminos de España.
Una complicada labor.
Una vez en Cáceres, pasada la primera emoción de las impresiones de admiración y sorpresa, fascinado por la magia y el hechizo de la Ciudad Medieval, Luis García Garrabella vio, desde ese lugar tan llamativo, el Insti, tal cual muestra la fotografía, nuestro sin par Casco Histórico Monumental. Y que alza a la ciudad como Patrimonio de la Humanidad y a su Casco Histórico-Monumental como el tercero mejor conservado de España, después de los de Praga y Tallín.