COGIDA DE ANGELETE EN CACERES (1917)

Angel Fernández Pedraza, conocido como Angelete, en el mundo del toreo, natural de Baños de Montemayor (1892-1931), fue el primer novillero de la provincia de Cáceres en tomar la alternativa. Doctorado que recibió en la Plaza de Toros de Salamanca, en 1917, ni más ni menos, que de manos de una figura en la historia del toreo como Joselito. De irregular trayectoria, entre unas y otras dificultades, forma parte, sin embargo, de la historia del toreo.

Se inició en el arte de Cúchares en 1913 toreando en algunas plazas como Béjar y otras. Y entre los años 1914 y 1917 tuvo un despegue que le le llevó a torear en diversas ocasiones en afamadas plazas de toros como las Madrid y la de Barcelona. Era un diestro valiente y atrevido, consciente de lo que se jugaba en el panorama del mundo taurino. También destacó por un pase que había creado él mismo, capote a la espalda, denominado como «angelera«. Un pase valiente y arriesgado.

Mayo 1917.  Cáceres hierve con la celebración de sus Ferias y Fiestas, con una animación, en aquellos tiempos, realmente asombrosa. Y la primera novillada con un cartel conformado por Angelete, Nacional y Pepe Mora, despierta el interés de la Plaza de Toros. De tal forma que, como podemos leer en el periódico cacereño «El Bloque«, «La placita váse llenando poco a poco y el mujerío abunda, se ven mujeres preciosas, ataviadas con el clásico mantón de Manila y mantillas«.

El torero de Baños de Montemayor luce para la ocasión un bonito terno de plomo y oro. se emociona de ver la presencia repleta en los tendidos de la plaza. Y, como siempre, está dispuesto a dar lo máximo de su esencia torera. Siempre completada con su valor.

Tras una faena considerada como discreta con el primero de la tarde, que abrió la tarde ferial taurina, de nombre «Pescador«, el diestro cacereño se defendió como pudo de los virajes del novillo y tras estoquearle fue premiado con muchas palmas de agradecimiento por parte del respetable.

En la imagen de la izquierda le vemos lanceando al novillo.

Y el diestro, como todos, esperan, tras una faena poco recordada, con volcarse con el siguiente astado que espera en los corrales.

Se escuchan clarines y timbales con ese peculiar sonido que dejan en toreros y espectadores mirando hacia los toriles, también conocido como el portón de los sustos.

El novillo, «Mirador«, corretea por la arena cacereña, mientras Angelete estudia todos sus movimientos y pasos.

El novillero se enfila decidido hacia el mismo. Logra unas verónicas muy ovacionadas, pone el capote delante y pronto, muy pronto, inicia su pase, «la angelera«. En uno de cuyos lances, es cogido de gravedad, siendo retirado a la enfermería.

Allí es atendido por los doctores cacereños Durán, Quirós y Floriano que detectan una herida en la fosa isquio-rectal derecha, con doce centímetros de profundidad y siete de longitud, además de otras lesiones, que dejan un pronóstico reservado y «de gravedad inmediata ninguna«.

Aquí le podemos ver, en la enfermería de la plaza de toros de Cáceres.

El torero cacereño fue trasladado, en seguida, a su domicilio, en la cacereña calle de General Esponda, siendo operado días después y reanudando, de inmediato, sus compromisos en diversas plazas.

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.