Rodolfo Escalada, nacido en la localidad navarra de Milagro el año 1935, fue, en aquellos tiempos un guardameta de bandera bajo el marco de la portería del Club Deportivo Cacereño y que se convirtió en un talismásn y en un icono de la afición futbolística durante unos años.
Agil, rápido, valiente, intuitivo, y que dio muchas alas con su nombre a nuestro verdiblanco equipo, allá en el campo de fútbol de la Ciudad Deportiva. Y en el que los días de partido nos dábamos cita un montón de aficionados que enronquecíamos con los gritos de aliento y ánimo al equipo de nuestros colores.
Escalada fue un ídolo de quienes le veíamos con admiración en sus paradas y dominio del área, en sus palomitas, como nos referíamos a sus paradas, en su estilo, en sus gritos con sentido del mando a la defensa para la colocación y cobertura de huecos ante las incursiones de la delantera contraria. También, claro es, con una gran seguridad para la zaga cacereña, para el equipo y para la afición.
El graderío y el ambiente se llenaba con el grito de guerra del «Repiripipí» ( Un aficionado gritaba: «¡Un repiripipí!» y toda la afición respondía: «¡Ra!«. Posteriormente volvía el primero: «¡Un repirirpipí!«. Y la afición, de nuevo, gritaba: «¡Ra!«. Y por tercera vez voceaba el primero: «¡Un repiripipí!«. Y la afición decía ahora: «¡Ra, rá y rá!«. Y seguíamos con la canción futbolístico-guerrera: «¡Alabín, alabán, alabín, bom, bá, Cacereño, Cacereño, y nadie más!«. Luego Julio Melchor anunciaba por la megafonía la alineación y decía: «Por el Club Deportivo Cacereño…«, hacía un alto premeditado y la afición exclamaba: «¡Bien!«. Volvía Julio Melchor: «¡Escalada!» y la afición respondía: «¡Bien!«…
Siempre con su jersey rojo, su prestigio y talla de gran portero le llevó a Segunda División con el Logroñés, el Badajoz, el Extremadura y el Hospitalet..
Rodolfo Escalada, gracias a la información facilitada por Paco Mangut, jugó en el Club Deportivo Cacereño en la temporada 1958-59, procedente del Burgos, con Cano de suplente y en los tiempos, ahí es nada, de Camacho. Asimismo en la temporada 1961-62 sería guardameta del equipo blanquiverde del Cacereño compartiéndola con Blázquez y con Rafa, juvenil de la cantera local. Por último Rodolfo Escalada también figuraría como portero en la temporada 1962-63.
Posteriormente, un día de 1986, cuando ejercía como director del Centro Territorial de Televisión Española en Navarra me presentaron a Escalada, que vivía en Tudela, donde ejercía como profesor de Educación Física, tras dejar atrás su largo periplo como jugador y entrenador por una gran diversidad de equipos.
Charlamos de aquel Club Deportivo Cacereño y le vi emocionarse cuando hablaba de nuestra ciudad y cuando le señalé que era un referente de aficionados como yo, en aquel entonces espectador de calzón corto.
Formado en sus inicios de la pasión futbolística en las secciones inferiores del Fútbol Club Barcelona ya en la temporada 1953-54 se encontraba al frente de la portería del San Fernando, de donde pasó, en calidad de cedido, al equipo de Puerto Real.
Rodolfo Escalada, aquel gran portero, además de jugar en todos los equipos mencionados anteriormente, también formó parte de las filas del Tudelano y del Alfaro,
Un jugador que, en Aquellos Tiempos, como tantos y tantos otros, como la célebre defensa Tate, Valero, Mandés, y en otras demarcaciones con jugadores como Fabio, Urruchurtu, Palma, Nandi, Santiago, Cela, Bemba, y muchísimos más, se dejaron la piel en el empeño de mantener en lo más alto el pabellón de la bandera futbolística del Club Deportivo Cacereño.
ESCALADA, UN PORTERAZO DE AQUELLOS TIEMPOS by JUAN DE LA CRUZ GUTIÉRREZ GÓMEZ is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.