JACINTO Y «LA SALMANTINA»

En el paisaje del ayer, «La Salmantina», Jacinto, la Sopa de Reina, y todo un aroma del Cáceres de Aquellos Tiempos desde que su padre Juan García Herrero abriera, en 1931, las puertas de aquella pastelería, dulcería y repostería en el número 39 de la Plaza Mayor de Cáceres.

Lo que hizo y llevó a cabo, además de con mucho y, por supuesto, con mucho empeño y amor propio, ofertando su amplio, rico y dulce muestrario conformado por una muy amplia variedad: Tartas de almendra, yemas, pasteles, pastas finas, caramelos de rosa, coquillos, merengues, bambas, nevaditos, floretas, pestiños, bizcochos de limón… Y es que «La Salmantina«, desde el principio, fue sinónimo de calidad suprema.

La estrella, por excelencia, desde luego, la constituyó, sobre todo, la Sopa de Reina, todo un lujo de bien y de buen hacer repostero, que un día del correr en el año 1916 creara Bonifacio García, pastelero de Candelario, padre de Juan y abuelo de Jacinto, para obsequiar a la Infanta la Chata, hija de Isabel II y Francisco de Asís Borbón en su visita a la preciosa y sugestiva localidad salmantina.

Una tarta que ya tomó el nombre tan curioso y particular con que fue bautizada y que se divulgó, con prestigio internacional, desde el obrador de la pastelería «La Salmantina«.

La misma se conformaba de bizcocho borracho relleno de yema, calado con Jerez oloroso, y con una capa de soufflé de merengue tostado por el exterior.

Y, tal como podeis ver, con una presencia verdaderamente atractiva para la vista, además, por supuesto, de para el palar.

Un postre que hizo las delicias de la concurrencia en el banquete de gala de Candelario, 1916, y que gracias a Juan García Herrero, y, posteriormente, y a nuestro siempre querido amigo Jacinto García Alonso, pudimos saborear, degustar y paladear tantas generaciones de cacereños, que aún nos dejamos llevar por las esencias de aquella pastelería emblemática y donde a la calidad repostera había que añadir otra de las firmas de la casa, como era la cordialidad de sus propietarios, como señalados embajadores de la buena dulcería.

«La Salmantina«, pues, un rincón de lujo en el panorama de la pastelería cacereña…, a pesar, claro es, de la muy dura y dulce competencia de las cercanías como «Cabeig«, «El Horno de San Fernando«, «La Granja«, «Isa«…

Aquí teneis, para la historia de la pastelería y del Cáceres de Aquellos Tiempos, el anuncio que apareció en la prensa cacereña con motivo de su apertura al público en la cacereñísimo lugar de la Plaza Mayor, número 39.

(A Jacinto García Alonso, un cacereñeador de relieve)

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JACINTO Y LA «SALMANTINA» by JUAN DE LA CRUZ GUTIERREZ GOMEZ is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.

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